Condenado a 12 años de prisión un anciano de 72 años por agredir sexualmente a un niño en Telde (Gran Canaria)

La Audiencia de Las Palmas obliga al acusado a indemnizar a la víctima con 18.000 euros

LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 26 (EUROPA PRESS)

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha dictado una sentencia en la que condena a 12 años de cárcel a un anciano de 72 años acusado de haber agredido sexualmente a un niño en 2003 en las inmediaciones de una plaza en Telde (Gran Canaria), cuando él entonces tenía siete años de edad y “jugaba al escondite” con sus amigos.

La resolución, a la que ha tenido acceso Europa Press y que es susceptible de recurso, impone también al acusado, Luis Pérez Trujillo, la prohibición de aproximarse al menor, a su domicilio y a su lugar de desarrollo escolar durante 15 años, y la obligación de indemnizar a la víctima en la cantidad de 18.000 euros por los daños morales causados.

La Sala declara hechos probados que en agosto de 2003 el hombre se encontraba en las inmediaciones de una plaza en Telde, y, supuestamente “con la intención de satisfacer sus deseos sexuales”, se abalanzó sobre un niño, que entonces tenía siete años de edad, y le “llevó a la fuerza detrás de una vieja máquina”, donde le agredió sexualmente.

Como consecuencia de los hechos el acusado causó al menor “una inadaptación general casi alta con depresión y pesimismo”, lo cual determinó el seguimiento y tratamiento por el psicólogo de los servicios sociales municipales.

El anciano ha estado en prisión por esta causa desde el 2 de febrero de 2004 hasta el 9 de febrero de 2006.

Durante el juicio celebrado el pasado martes el anciano negó hoy los hechos y proclamó su “total inocencia”. “He vivido más de 30 años en ese barrio y no he tenido nunca ningún problema. Es un acto de venganza por haberle insinuado al padre de los niños que otro hombre entraba en su casa y su mujer quizás era infiel”, afirmó Pérez Trujillo en su declaración judicial.

Por su parte, los peritos que examinaron a la víctima han concluido que “no ha sido un suceso inventando, sino que obedece a una vivencia real”. No obstante, el forense que analizó al acusado determinó que “no tiene ningún trastorno mental, pero sí tiene dificultades en el área sexual”, así como explicó la existencia de “indicios de parafilia” en el procesado.

“MIEDO Y VERGÜENZA”

El niño, que actualmente tiene 12 años de edad, relató en su declaración como testigo que todo ocurrió un día de agosto cuando estaba jugando al escondite con sus amigos y se ocultó tras una máquina, donde se encontraba su vecino, a quien se acercó porque “tenía confianza con él en aquel momento”. Añadió que el anciano le sujetó, le impidió huir y supuestamente le obligó a llevar a cabo prácticas sexuales.

“No se lo dije a mis padres porque me daba miedo y vergüenza, pero se lo dije a mis hermanos”, mencionó el menor, que se mostró bastante reacio a contar detalles de los hechos. Tras sufrir presuntamente los abusos sexuales, logró escapar y “salir corriendo” al acercarse uno de sus amigos que le estaba buscando y soltarle el acusado. Además, reiteró que el procesado intentaba tocarle a él o a alguno de sus hermanos cuando iba sentado con ellos en el coche familiar.

El niño subrayó que “siempre” ha contado “la verdad” y dijo que “nadie” le ha propuesto “nunca” plantear “ninguna mentira” al respecto.

De hecho, dos de las peritos que comparecieron indicaron que sus informes concluyen que “no ha sido un suceso inventado”, y la víctima utiliza “un lenguaje adecuado y un relato coherente”, así como los testimonios de sus padres, hermanos y el niño “son muy congruentes entre sí”.

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