Patricia Hernández afirma que CC tiene “miedo” porque el cambio en Santa Cruz “ya ha empezado”
La candidata del Partido Socialista a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife, Patricia Hernández, ha asegurado este sábado que Coalición Canaria (CC) tiene “miedo” a las elecciones del 26 de mayo porque, a pesar de las “muchas” campañas que han lanzado contra ella, ya saben que el cambio en la ciudad “ya ha empezado”.
En la presentación de su candidatura, que contó con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, la candidata a la Alcaldía quiso dejar claro que el reto “no es ganar las elecciones, sino transformar Santa Cruz y recuperar la ciudad para los vecinos”.
Para ello, Patricia Hernández anunció algunas propuestas que pondrá en marcha si es elegida alcaldesa, como un plan contra la soledad, dirigido especialmente a las personas mayores, puntos de encuentro, centros de día, así como un “cambio radical” en materia de vivienda pública, pues “no se ha construido ninguna nueva en 22 años”.
Patricia Hernández acusó al alcalde, José Manuel Bermúdez, de no preocuparse de las necesidades de los santacruceros, entre otras cosas, porque -aseguró la candidata- sólo hay 140 plazas para escuelas infantiles. Por ello, se comprometió a multiplicar por dos el número de escuelas infantiles en la capital si llega a gobernar en la ciudad.
Se comprometió, también, a poner en marcha un plan de avenidas para que la gente pueda pasear y, si es alcaldesa, a que no se “destrozará” la Avenida de Los Majuelos. Afirmó, además, que el mal estado de las infraestructuras en Santa Cruz “no ha sido por falta de dinero”, sino porque de los 24 millones, sólo se han gastado 8 millones por “falta de líder y equipo”.
Con respecto a los 100 millones de Las Teresitas, remarcó que si se pierde “un solo euro”, el único responsable será José Manuel Bermúdez, y recalcó que “ya está bien” que el Ayuntamiento sea el “abogado” de Emmasa-Sacyr en lugar de “preocuparse” por la calidad del agua.
También dijo que quiere una Santa Cruz “cohesionada”, que cuente con un centro de creadores y un centro de arte, una ciudad “ultra vanguardista” que recupere la “autoestima” y donde los chicharreros “no cojan el tranvía para irse a otro sitio a disfrutar”.
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