Sánchez maniobra a favor de una ingeniería afín

Tres concursos tramitados por la vía de urgencia que tienen en pie de guerra a los vecinos del complejo medioambiental de Salto del Negro y cuyo retraso preocupa en el de Juan Grande, por los incendios espontáneos de metano que se están produciendo, llevan seis meses empantanados en el Cabildo de Gran Canaria por el empeño del consejero de Obras Públicas, Carlos Sánchez, en que se le adjudiquen a una ingeniería amiga.

No es la primera vez que el Partido Popular o algunos de sus miembros en el Cabildo maniobran para que la compañía Análisis Ingenieros, S.L., de la que es máximo representante el ingeniero de Caminos Huber Lang-Lenton, se alce con concursos públicos. Ya lo hizo en 2003, cuando se le adjudicó un estudio sobre la organización del suelo industrial de La Aldea después de que la presidenta de la Mesa de Contratación, a la sazón la recientemente defenestrada Rosa Rodríguez, descartara los informes técnicos que proponían a otra ingeniería más cualificada y encargara otro que le permitiera dirigir hacia Lang-Lenton la adjudicación.

En aquel momento, este ingeniero era el yerno del consejero de Aguas José Jiménez, pero el vínculo parece ser mucho más fuerte con el consejero Carlos Sánchez, portavoz del PP en la Corporación.

De manera sorprendente, este consejero irrumpió el pasado 10 de abril en la reunión de la Mesa de Contratación anunciando que sustituía a la consejera de Medio Ambiente, Mari Mar Arévalo, para proponer acto seguido dejar sobre la mesa la adjudicación de los contratos de dirección de obra y coordinación de seguridad y salud para las obras de acondicionamiento del vertedero de Juan Grande, así como el de dirección de explotación de acondicionamiento de ese recinto y del de Salto del Negro

Los tres concursos ?sí resultó adjudicado el de dirección de obra de Salto del Negro- se habían tramitado por la vía de urgencia debido a la situación de precariedad, de salubridad y de seguridad en que se encuentran los dos complejos, por lo que los presentes pasaron de la sorpresa a la estupefacción.

Sánchez no atinaba a dar una explicación coherente, y lo más entendible de su discurso era que se temían recursos de las ingenierías que resultaran derrotadas, lo que a su juicio recomendaba dejar el objeto de esos concursos, a excepción de la dirección de obra en Salto del Negro, “a los técnicos de la casa”.

Sánchez apadrinó a Análisis Ingenieros

Sólo tuvieron que pasar tres días para que los integrantes de la mesa de contratación conocieran la verdad y casi todos sus entresijos: la UTE que los técnicos del Cabildo habían designado como ganadora en los tres concursos, la formada por la canaria MI3 Ingenieros Consultores y la bilbaína Idom Internacional, había sido tocada por Carlos Sánchez antes de aquella Mesa de Contratación para que aceptara incluir a Análisis Ingenieros, S.L. en su equipo. La respuesta fue negativa, lo que motivó que la ingeniería de Huber Lang-Lenton tuviera que presentarse con otra agrupación de empresas que, por errores en su oferta, quedó apartada del concurso de la dirección de Salto del Negro, no así de las otras dos licitaciones, la de Juan Grande y la de dirección de explotación de ambos complejos.

Ante ese nuevo contratiempo, la exclusión de la UTE Ingenia, Análisis Ingenieros y Prointec por motivos administrativos, Carlos Sánchez maniobró ofreciendo a MI3 quedarse con el concurso de Salto del Negro a cambio de retirarse de las otras dos licitaciones. La respuesta volvió a ser negativa.

Los informes de los técnicos del servicio de Medio Ambiente son contundentes: las mejores ofertas en los tres concursos fueron las que presentaron la UTE MI3-Idom, especialmente en los aspectos económicos, con un ahorro para el Cabildo de unos 120 millones de euros.

Por eso, Carlos Sánchez se personó en aquella Mesa de Contratación del 10 de abril, dando por buena la adjudicación del concurso de dirección de la obra de Salto del Negro, a la que no pudo presentarse la UTE en la que logró incrustar a Huber Lang-Lenton, y dejando sobre la mesa los otros dos concursos con la excusa de sus prescripciones podrían ser desarrolladas por técnicos del Cabildo.

Sánchez alegó también, según se recoge en el acta de esa sesión, que le habían llegado rumores de recursos que podrían paralizar los contratos. Pero a día de hoy lo que no se ha puesto en marcha aún es ese único concurso adjudicado, actualmente en información pública. Fuentes empresariales han indicado a CANARIAS AHORA que Carlos Sánchez en persona busca empresas que quieran recurrirlo.

El relato de los hechos pasó este jueves a ser de dominio público porque la UTE presionada por Carlos Sánchez lo ha contado todo a través de una docena de escritos dirigidos al presidente del Cabildo y a todos los miembros de la Mesa de Contratación a través del registro de entrada de la Corporación.

Etiquetas
stats