El Santa Cruz más exclusivo
Algunos edificios son ejemplos exquisitos, únicos y totalmente singulares de arquitectura modernista, otras repiten a la perfección las construcciones que a finales del siglo XIX se levantaban por toda Europa y algunas más parecen un pastel. Pero todas han merecido la declaración como Bienes de Interés Cultural (BIC). Se trata del barrio de Los Hoteles situado en pleno centro de Santa Cruz. Un conjunto de edificaciones que han sobrevivido milagrosamente a la brutal especulación urbanística de los últimos años y conforman un ejemplo único de la personalidad que dejaron en la ciudad los autores de aquella época como Antonio Pintor, Federico Solé o Manuel de Cámara.
En la declaración BIC se plasmaba que “hoy coexisten en Santa Cruz a la vez y de forma simultánea dos modelos, el tradicional y la más moderno. Ambos, constituyen por su singularidad uno de los elementos más característicos que definen la esencia de la ciudad. Singularidad, no únicamente en lo morfológico, sino en lo económico ya que conserva modelos tradicionalmente poco rentables desde el punto de vista de las plusvalías posicionales y su situación con respecto al centro”.
La Sociedad de Edificaciones y Reformas Urbanas (S.E.R.U) abarcó gran parte del período de la Renovación Urbana (1888-1922) y si hay algo que caracterice a esos años es la extraordinaria libertad creativa del arquitecto correspondiente para elegir la dirección estilística a seguir. Consecuencia de ello son los diferentes enfoques que cada uno dio a sus obras. El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna, Alberto Darias Príncipe, indica que la sociedad fue la responsable de gran parte de la construcción de estas viviendas y califica de “rotundo” el éxito de la iniciativa. Los primeros ejemplos fueron el convento de las Siervas de María dividido en dos edificios situados a ambos lados de la calle General Antequera.
A partir de eso levantaron piezas claves de este barrio como La Benéfica, la Casa Zamorano, la sede central del Ayuntamiento, la casa Siliutto en realidad llamada Lázaro, el edificio Roma, el Círculo de Amistad, el Instituto Imeldo Serís, la Jefatura de la Interdencia Militar, el segundo depósito de agua situado tras la plaza de Toros que quiere reconvertise en centro cultural, la fábrica de Tabaco de la plaza de La Paz, la del Águila, la Moderna y la mayoría de los llamativos chalets que pueblan la rambla de Tenerife. Pero sería muy larga el listado de obras como la antigua farmacia Castelo, la Casa Quintero, La Ondina, del Girasol o el Palacete Martín Dehesa donde durante un tiempo se ubicó la sede de la Presidencia del Gobierno de Canarias.
El centro de este barrio lo constituye la Plaza 25 de Julio, situada en la mitad de la avenida del mismo nombre, que no es sino la prolongación de la calle Galcerán a partir de la Plaza Weyler. “Morfológicamente constituye el barrio de los Hoteles un conjunto casi homogéneo, gracias a la rapidez y uniformidad de su construcción. Los edificios se reparten en dos tipos. La vivienda residencial unifamiliar, con pretensiones de palacete, y el tipo más modesto de edificios de dos o tres plantas con varias espaciosas residencias”, indican los estudiosos que defendieron la protección del entorno. Este barrio acogió en su época a los ricos propietarios de plataneras residentes en la capital y, sobre todo, a la nueva burguesía de negocios que controlaba el tráfico mercantil del puerto, especialmente los extranjeros. Por su carácter residencial de lujo enlaza con el conjunto urbano situado frente a él, del lado opuesto de la Rambla General Franco o los del Toscal y Cabo Llanos por no mencionar las ciudadelas de los obreros.
Los primeros burgueses de Santa Cruz tomaron de La Laguna el modelo de casa señorial con dos o tres plantas y amplios espacios interiores, con arreglo al cual se construyeron algunos edificios en las proximidades del puerto. De ellos unos han desaparecido, otros han sido remozados como el palacio de Carta adquirido por el Gobierno de Canarias y otros se hallan en trance de ser sustituidos por nuevos edificios. Durante el siglo XIX este tipo de edificación evoluciona ligeramente para dar cobijo a una burguesía más entusiasta del lujo y la comodidad que de la mera ostentación. Es el momento en el que se construyen las grandes mansiones burguesas situadas entre las calles del Castillo y de Imeldo Serís y a ambos lados de la plaza de La Candelaria. Este mismo tipo de vivienda es el predominante en la construcción del barrio de los Hoteles, donde constituyen un grupo homogéneo, y en las proximidades de las Ramblas.
“El barrio de Los Hoteles terminó por ser la zona residencial de la clase alta santacrucera, desplazando los antiguos centros que ésta tuviera anteriormente. En él se asentó no sólo gran parte de la clase política, sino muchos de los apellidos de firmas comerciales y gran parte de los profesionales. Ni siquiera la edificación de los hoteles de la Rambla logró eclipsar este barrio tremendamente elitista y vedado a otros grupos sociales”, se indica en el texto elaborado por los expertos en Patrimonio Histórico del Cabildo que sustentaron la declaración BIC de este entorno.
La protección de este barrio puede calificarse a veces de milagroso. Por ejemplo, en una de las últimas versiones del Plan General de Ordenación (PGO) se proponía la construcción de más plantas en 150 viviendas muchas de las cuales estaban situadas en el Barrio, al considerar los redactores del planeamiento Palerm, Tabares de Nava y Senante que las remontas, “constituyen una de las principales modalidades” de la historia de la arquitectura. Por suerte, la Comisión del Territorio y Medio Ambiente de Canarias (Cotmac) paralizó la iniciativa después de que el abogado, Felipe Campos al frente de la Plataforma en contra del PGO presentara la correspondiente denuncia ante el ejecutivo autónomo. En general las edificaciones que se han llevado a cabo durante los últimos años también respetan en lo posible la tipología anterior.
Arcila pide un museo y paneles informativos
El concejal de Sí Se Puede, Pedro Arcila ha interpuesto como abogado varios recursos ante los tribunales para defender los valores arquitectónicos del Barrio de Los Hoteles. El edil considera que sería necesario adquirir alguno de los inmuebles para convertirlo en museo histórico e instalar paneles explicativos sobre los valores de este entorno. “Al igual que el Toscal, el BIC del Barrio de los Hoteles forma parte de la historia de Santa Cruz, como si fueran dos caras de una misma moneda. Mientras el primero está vinculado al barrio de la clase trabajadora, el de los Hoteles es de la clase pudiente formada en aquel entonces por hacendados, políticos, firmas comerciales, familias acaudaladas por ese motivo fue construido por arquitectos de prestigio como Estanca, Solé o Pintor”. Arcila considera que en la actualidad es el Conjunto Histórico que mejor conservado se encuentra en la ciudad “y salvo algunas transformaciones que lo dañan especialmente como el edificio de correos de la plaza de Los Patos se trata de un BIC bien protegido”.