Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

PEQUEÑAS JOYAS A DESCUBRIR EN EL SALÓN DEL CÓMIC Y LA ILUSTRACIÓN DE STA. CRUZ DE TENERIFE. UNOS MINUTOS CON CELIA RODRÍGUEZ.

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¿Cuándo empezaste a dibujar?

Desde muy pequeña, como la mayoría de los niños. Es una actividad muy común e intuitiva que todo el mundo hace en las clases y en educación infantil, pero mientras la mayoría de mis compañeros paró cuando fueron creciendo, yo seguí trasteando con diferentes técnicas y materiales.

Esto va de la mano con tener un ambiente familiar bastante abierto a las artes. Quiero decir, mi padre ya de por sí es pintor, y mi madre se dedica al mundo de la música, principalmente. Definitivamente, también influyó que desarrollase una pasión por el manga y el anime desde temprana edad, lo cual fue un excelente punto de partida.

© Celia Rodríguez, 2019

¿Cuáles son tus influencias principales?

¡Muchísimas! Siento que cada etapa de mi vida ha estado marcada por diferentes influencias artísticas, que al final se están unificando en el estilo que tengo ahora mismo. Ya he mencionado el manga y el anime, pero también me marcó el estilo Disney durante su etapa de “renacimiento” (1989-1999). Cómics como W.I.T.C.H de Alessandro Barbucci o los ilustradores Alan Lee y John Howe tuvieron una gran influencia cuando estaba empezando a dibujar en serio, en particular un libro repleto de ilustraciones titulado “Hadas”; autores clásicos como Klimt, Alphonse Mucha, e incluso estilos mucho, mucho más antiguos como el arte vikingo, la arquitectura o estética medieval, que todavía hoy me fascinan, aunque diría que actualmente suelo encontrar más inspiración en fotografías, vivencias personales y la naturaleza.

© Celia Rodríguez, 2019

¿Por qué le confieres a tu obra tal cantidad de detalles?

Supongo que instinto, me sale sin proponérmelo. También me gusta la sensación de ponerle esmero a un dibujo y acabarlo lo mejor que pueda. Siento que cada ilustración terminada es un escalón que voy subiendo en mi vida artística, ya que cada trabajo presenta sus retos y sus problemas, y a menudo suelo tomarme mi tiempo para asegurarme de que la visión que tengo de ese trabajo se cumple. Un problema muy común que suelen tener todos mis trabajos es balancear la línea con el color. Como ya habrás podido observar, mi línea es muy detallada y por ello cuando llego a la etapa de color, no puedo complicarme mucho y elegir demasiada paleta, ya que la imagen no se terminaría entendiendo. De hecho, durante todo el proceso siempre estoy intentando que haya la mayor coherencia posible en la imagen, y todas las dudas o retos que me presenta una ilustración suele girar en torno a eso.

¿Cuánto tardas en terminar una ilustración?

De una a tres semanas, dependiendo de la complejidad. Todos los trabajos que tengo en mi portfolio tienen la suerte de no tener fechas límite, así que he podido dedicarles bastante cariño. Encargos para clientes suelen enmarcarse en menos tiempo, pero siempre pido una semana o semana y media como requisito.

¿Qué técnicas utilizas?

Como muchos artistas de la nueva generación, me he pasado a digital. Trabajo con un Ipad de 13 pulgadas y la aplicación de Procreate. La tecnología de este dispositivo ha mejorado bastante en los últimos años, y ya no tiene mucho que envidiarle a la marca madre del arte digital, Cintiq. También es bastante portable y eso es un gran plus, porque viajo mucho. La gente dice que hacer arte digital es más fácil que el tradicional, pero esto no es cierto, pues sólo sigue siendo una herramienta de trabajo. Solo que, en vez de llevar todo tu material de estudio a cuestas, lo tienes comprimido en un dispositivo portátil.

¿Prefieres la nueva tecnología a la hora de trabajar o eres más de la vieja escuela?

Para ilustraciones terminadas, sí, prefiero la tecnología. Para bocetar, pensar ideas y practicar en general, prefiero mi cuaderno de bocetos. Me encanta el digital, pero sí es cierto que echo de menos el tacto del papel de vez en cuando.

¿Cuáles son tus temas preferidos?

Mis temas preferidos suelen girar siempre en torno a lo fantástico y misterioso. Pudiera ser que siempre he encontrado la realidad del día a día un poco aburrida, así que tengo un punto flaco por todo lo que sea extraordinario o sobrenatural, lo que no se ve. También me gusta dibujar personajes con los que sea fácil identificarse, y que puedan ayudar a contar una escena.

© Celia Rodríguez, 2019

¿Has dibujado alguna vez una historia gráfica? ¿No solamente ilustraciones, sino con una historia?

He experimentado un poco con el cómic, como parte de un encargo que me hizo un ayuntamiento (contando una pequeña historia para niños, en un tríptico) y estoy experimentando con animatics, pero historias personales que tenga publicadas, ninguna hasta el momento. Siento que mi estilo y vocación podrían ir más alineados hacia ilustración para cuentos, y por ello estoy pensando en varias historias, pero nada en concreto todavía.

Si alguien estuviera interesado en pedirte una ilustración, ¿qué debería hacer?

Puede escribirme simplemente a mi correo profesional, iam.celiarguez@gmail.com, proporcionándome los detalles del encargo. Y ya a partir de ahí negociaríamos.

¿Alguna cosa más que añadir?

Sólo que ha sido un placer hacer esta entrevista. Si alguien quiere conocer más detalles de mi trabajo, les animo a que visiten mi web (www.iamcelia.net) o mi Instagram (celia.rguez). Muchas gracias por todo.

© Eduardo Serradilla Sanchis, Helsinki, 2019

© Celia Rodríguez, 2019

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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