Sobre este blog

Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

Superman/ Tarzán: hijo de la jungla

Lo que muchos desconocerán es que, en 1.934, Jerry Siegel, uno de los creadores de Superman (junto con Joe Shuster) escribió a Edgar Rice Burroughs, siendo ya éste un reputado escritor, después de abandonar su trabajo en una fábrica de afiladores, para convertir la primera creación literaria de escritor, el aventurero John Carter de Marte, en una tira de prensa (el cual debutó en el relato Under the Moons of Mars, luego conocida como A princess of Mars)

La carta de Siegel llegó hasta Burroughs por indicación de la United Feature Sindicate, encargada de la publicación de la tira dominical de Tarzán. Siegel pensaba que la popularidad de John Carter era tanta o más que la del lord británico criado en la selva y de ahí su interés.

El dibujante le envió una prueba al escritor, basadas en las primeras páginas de la novela Los dioses de Marte, destacando que estaba dispuesto a hacer la adaptación de Una princesa de Marte. Incluso llegó a plantear posibles dibujantes (entre ellos Harold Foster, responsable de El príncipe valiente)

La carta nunca fue abierta por Burroughs, al ser devuelta por el secretario de éste, pero Siegel nunca ocultó la influencia que las creaciones del escritor británico -creador de mundos imposibles, civilizaciones perdidas y héroes que atesoraban todas las virtudes y los tópicos de la época- habían tenido en la gestación de Superman.

Otro detalle curioso, fue que el propio Burroughs no estaba de acuerdo en sacar a su personaje del paisaje selvático, tal y como le propuso la mencionada United Feature Syndicate, que se basaba para dicha petición en el éxito de un personaje recién llegado, dos años antes.

El personaje era Superman y el escritor, en una carta de respuesta, argumentó que colocar al Rey de los Monos en la civilización significaba introducirlo en un ambiente que en nada lo favorecía. En cuanto a Superman, Burroughs, dejando a un lado que su lord Greystoke no era rival para el kriptoniano, pensaba que acabaría siendo objeto de mofa, y terminará muriendo por el hecho de que sus actividades son obviamente imposibles.

Burroughs se equivocó en su apreciación, pero la popularidad de sus personajes ha permanecido hasta nuestros días, aunque sin la influencia obvia que la creación de Siegel y Shuster ha tenido para el Noveno Arte.

Ahora, el formato gráfico, presenta una historia alternativa donde se plantea lo que hubiera pasado si la nave en la que Kal-el llegó hasta la Tierra acabara, no en Smallville, sino en la jungla, siendo él y no John Clayton (Lord Greystoke) el niño criado por Kala y el grupo de gorilas de la montaña que se convertirían en sus padres.

El equipo artístico elegido para el proyecto lo conformaron el guionista Chuck Dixon, el ya desaparecido dibujante argentino Carlos Meglia y el colorista Dave Stewart.

Juntos logran una obra que reúne elementos de los comics clásicos de ambos personajes (sobre todo por el dibujo del artista argentino) con una historia alternativa que quiere rendir homenaje a las creaciones de Siegel/ Shuster y Rice Burroughs.

Tarzan and John Carter of Mars ™ & © 2017 by Edgar Rice Burroughs, Inc.

Superman © 2017 DC Comics & Jerry Siegel´s estate. All right reserved.

Superman es una creación de Jerry Siegel y Joe Shuster

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2017

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Empecé a leer cómics a la misma vez que aprendí  a leer y, desde entonces, no he parado de hacerlo. En todas estas décadas he leído cómics buenos, regulares y no tan buenos, pero siempre he creído que el lenguaje secuencial es la mejor -y más idónea- puerta de entrada para leer tanto letras como imágenes. Ahora leo más cómics digitales que físicos, pero el formato me sigue pareciendo igualmente válido y sigo considerando el cómic un arte.

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