Adiós a la emblemática casa del doctor Apolinario en el paseo de Las Canteras

La casona que fuera del doctor Bartolomé Apolinario y Macías, en el paseo de Las Canteras, Las Palmas de Gran Canaria

María Rodríguez Santana

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Poco queda de todo aquello que vio nacer al paseo de Las Canteras. Desde hace años, las casas más tradicionales frente a esta playa urbana de Las Palmas de Gran Canaria están siendo sustituidas por nuevos apartamentos, viviendas o locales de restauración. El próximo edificio en ser derribado será la casona que fuera del doctor Bartolomé Apolinario y Macías. No solo se trata de las más antiguas de la zona, sino que el valor de su historia va ligada a la labor que llevó a cabo el médico, quien levantó el primer hospital gratuito y escuela del Puerto. 

El inmueble, construido en el siglo XX y diseñado por el arquitecto catalán Laureano Arrojo, cuenta en su fachada con balcones del estilo tradicional canario, los pocos que ya se ven por el concurrido paseo, y se sitúa entre otra edificación emblemática de la zona, la Casa Tirolesa, y el Hospital San José.

El Ayuntamiento de la capital grancanaria ha sido el primero en lamentar su derrumbe, sin embargo, al no estar dentro del catálogo de edificaciones protegidas de la ciudad, el Consistorio no puede hacer nada. “Los propietarios de determinados inmuebles no solicitan protección de los edificios, porque, a lo mejor, como en este caso, les interesa venderlos”, aseguran fuentes del Ayuntamiento. En su lugar, se va a levantar un edificio con seis viviendas y un establecimiento comercial.

El que fuera su primer propietario, el doctor Bartolomé Apolinario, cursó sus estudios en la Facultad de Medicina de Montpellier (Francia). Cuando volvió a Gran Canaria, su isla natal, vio el creciente auge del Puerto, pero también las calamidades y las enfermedades de los marineros que venían a bordo de los transatlánticos. El médico decidió crear en este momento lo que sería su gran obra, la Fundación Benéfica Casa-Asilo de San José. En ella, se daba clases y se ofrecía asistencia gratuita médico-farmacéutica, no solo por enfermedad, sino por accidente de trabajo, curando gratuitamente a todos los heridos hasta el año 1900, momento en el que cambia la ley que regula la sanidad de los trabajadores.

“Que un Puerto de Refugio, como el de la Luz, que por su rápido desarrollo, prometía lo que hoyes, necesitaba de un centro donde el obrero herido, víctima del trabajo, recibiese los primeros auxilios, y evitar aquel vía crucis de seis kilómetros que había que recorrer antes de llegar al Hospital de Las Palmas, sin haber recibido los primeros auxilios que le pusiesen en las debidas condiciones de seguridad para su vida, y evitar así el largo e intenso sufrimiento que agravaba su estado”, escribió el propio doctor en unas memorias para sus hijos.

Años más tarde, la escuela y la clínica empezarían a realizar sus labores en establecimientos separados, para lo que utilizó sus propios solares cercanos a la playa de Las Canteras.

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