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La Aldea, el municipio más afectado de Canarias por Hermine: ''Si no es por mis vecinos, mi hijo y yo nos ahogamos en la casa''

Daños provocados por la borrasca Hermine en el municipio de La Aldea, en Gran Canaria

Silvia Álamo

La Aldea —

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Se esperaba como agua de mayo y llegó para despedir septiembre y comenzar una nueva zafra. Las tan ansiadas lluvias que cada año se claman al cielo aldeano cayeron en el municipio, pero haciendo muchos daños y provocando un gran susto entre los vecinos y vecinas de esta localidad del oeste de Gran Canaria, que quedó aislada por las vertientes norte y centro de la Isla tras el paso de la tormenta Hermine. Solo el 112 registró 69 incidencias, pero desde el grupo de Gobierno local aseguran que son “incalculables”, ya que muchas personas afectadas contactaban directamente con los concejales o los servicios municipales. 

Con la resaca emocional de la celebración de las fiestas de El Charco, La Aldea de San Nicolás volvía a la normalidad de un pueblo en el que gran parte de su población vive de la agricultura y del sector servicios. Los niños y niñas al colegio y un comienzo de zafra incierto, como cada año, pero con las ganas de continuar siendo un municipio puntero en la producción del tomate. Pero se puso por delante ‘Hermine’, una tormenta que tenía en vilo al Archipiélago ante el anuncio de fuertes lluvias, para romper con el día a día del pueblo aldeano. 

El sábado amanecía tranquilo y a medida que avanzaba el día se daba un chispeo que, aunque no parecía mojar, le daba un brillo especial al valle. Por la tarde se intensificó y continúo hasta la mañana del domingo, cuando el chispeo era una lluvia fuerte que provocó el cierre por desprendimientos de la GC-200 (entre El Risco y Agaete) y de la GC-210 (La Aldea- Artenara), por lo que ya solo había una vía de salida, hacia el sur, que también amenazaba con derrumbamientos. 

A partir de las 14.45 horas del domingo el municipio era un caos. Barrios aislados, inundaciones en casas, garajes, fincas y explotaciones agrícolas por el desbordamiento de los barrancos, carreteras completamente destruidas… El agua bajó con tanta fuerza que se llevó por delante las redes de abastecimiento del municipio, que poco a poco se han ido restableciendo para poner en funcionamiento este servicio primordial para los vecinos y vecinas. 

Sin embargo, aún no se ha podido reparar la red de impulsión que bombea el agua de la desaladora a los depósitos municipales y a los pozos, por lo que se solicita a la población que haga un uso responsable del agua. El alcalde del municipio, Tomás Pérez, aún sobrecogido con la situación, asegura que los operarios del Consejo Insular de Aguas trabajan intensamente para restablecerla cuanto antes, pero no se puede garantizar cuando estará reparada.

En la tarde de este martes, todavía con el pueblo ‘patas arriba’, el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, llegaba a La Aldea para conocer de primera mano los destrozos que dejó Hermine. Torres señaló que, aunque en otros municipios del Archipiélago llovió con más fuerza, la localidad del noroeste de Gran Canaria era la más afectada del ámbito regional. Cayeron 126,8 litros por metro cuadrado durante el paso de la tormenta, y solo el domingo se registraron 106,2 l/m2 del total. 

El presidente recorrió las zonas más afectadas, donde pudo hablar con los vecinos y vecinas. “Lo importante es que estamos bien”, era la conclusión general, pero Guillermina aún aseguraba tener el susto en el cuerpo. “Esto nunca lo habíamos visto”, le decía a Torres mientras le mostraba su garaje inundado. Tiene contratado un seguro de hogar, pero en su familia decidieron empezar a limpiar y quitar todo el barro. “Gracias a mis hijos y los vecinos, que no están echando una mano”. 

Y es que era una de las palabras que ondeaba en el ambiente “solidaridad”. La gran respuesta de los vecinos cuando hacía falta echar una mano para sacar agua, barro o muebles. Ofelio lo deja claro: “si no es por mis vecinos, mi hijo y yo nos ahogamos en la casa”. Cuando lo vieron desesperado y con la casa llena de agua acudieron en masa, aun teniendo problemas en las suyas, y le ayudaron a achicar y limpiar el barro. Su gato se le escapó de la vivienda el domingo y hoy anunciaba con satisfacción que lo había encontrado. “Después de todo estamos bien”. 

La misma situación se dio en Barranco Santo, la familia de Juani lleva dos días limpiando el garaje, que se le inundó con una altura que superaba el metro y medio. “La moto de agua salió flotando”, recuerda Beatriz, y por suerte el coche y la moto de calle no sufrieron daños, más que el barro que aún les queda por salir. Sin embargo, muchos enseres y máquinas que tenían en el garaje ya no sirven para nada. 

El presidente finalizó la visita en unas explotaciones caprina y vacuna, en el Molino de Agua, que se quedaron totalmente incomunicadas al destruirse la carretera que llegaba hasta ellas. “Por suerte no nos pasó nada a nosotros, y los animales están bien”, asegura Ramón, que tuvo que subir este lunes y martes caminando -aproximadamente 20 minutos, para ordeñar y tirar la leche, ya que no se podía acceder a buscarla. “Tengo que seguir ordeñando, aunque sea para tirarla, si no las cabras se enferman”. 

Esta tarde terminaba el maquinista de hacer una vía provisional, por la que solo pueden circular todoterrenos, y la idea es este miércoles bajar la leche hasta la entrada para que el camión se la lleve y subir comida para los animales, alrededor de 500. 

Los servicios municipales, así como diferentes empresas privadas, llevan trabajando todos estos días sin descanso para hacer todas las valoraciones y reparar las incidencias, con el objetivo de volver a la normalidad lo antes posible. “Ha sido un trabajo muy duro y de recorrer muchos kilómetros por toda la localidad para restablecer el servicio de agua, que es básico y primordial, en un tiempo récord, además de para abrir pasos y carreteras de vecinos que estaban aislados”, señala el alcalde.

“Con la propuesta de daños nos dirigiremos a las administraciones, como el Cabildo, Gobierno de Canarias, compañías de seguro y, por supuesto, seguiremos trabajando desde la administración local”, aseguró Pérez, quien agradeció al presidente la visita y la predisposición con el pueblo de La Aldea. 

Por su parte, el presidente del Gobierno recordó que son las precipitaciones más importantes de un mes de septiembre en Canarias desde que se tiene registro. “Es una suerte que no hayamos tenido que lamentar ningún daño personal, pero en este municipio tienen importantes desperfectos que están siendo cuantificados, y desde el Gobierno de Canarias vamos a recabar esa información para ayudar en lo posible”, aseguró.

Así mismo, Torres manifestó que se está trabajando para cumplir los plazos y tener los túneles de Faneque abiertos antes de que finalice 2022. “Esta es otra prueba de que hay municipios que tienen una especial singularidad, que exige una atención determinada”, afirmaba. 

Pero la estampa que dejó la tormenta en La Aldea no solo fue de desolación, aunque sí la que más impacta. También vino bien el paso de la lluvia serena para los cultivos y las presas. El director General de Coagrisan, Marcelo Rodríguez, cuenta que afortunadamente no hay que lamentar grandes daños en los cultivos aldeanos. Dos fincas se vieron inundadas y hubo desplazamiento de los sacos de cultivos, pero en general la lluvia vino bien. “Estamos muy contentos con la llegada del agua y esperamos que las plantaciones sigan hacia adelante”, apunta. 

Aún no se ha podido acceder a las tres presas aldeanas, ya que la GC-210 (la vía que une La Aldea con el municipio de Artenara) está cortada al tráfico por derrumbamientos, y seguirá unos días, pero las primeras estimaciones que se tienen son buenas. En total se han recogido 1.432.321 metros cúbicos, que se traducen en 39.787 horas de agua. La presa del Caidero de la Niña aumentó 5,29 metros de altura, la del Parralillo 5 metros y la de Sibero 3,65 metros. 

Ahora toca volver a la normalidad en un pueblo que no se empequeñece ante las adversidades.

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