Así afecta el cierre de comedores escolares de verano a la comunidad con mayor pobreza infantil

(IMAGEN DE ARCHIVO) Comedor escolar.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Sin comedores de verano, sin tiempo para promover alternativas viables en todos los municipios y con un problema serio que avanza: la pobreza. Canarias es la región de España con mayor índice de pobreza infantil. Según un informe de Unicef, el 41,6% de los menores la sufre. En este contexto, garantizar las comidas básicas de los niños y niñas supone un principio por el que deben remar las instituciones públicas. Sin embargo, este año, el cambio de modelo anunciado por la Consejería de Educación, la falta de previsión de algunos de los ayuntamientos o la incapacidad para invertir o gestionar de forma rápida actividades que incluyan estos comedores en verano tienen como víctima a los más inocentes: los menores.

Con dos procesos electorales entre medias y sin haberse celebrado los debates de investidura en los ayuntamientos, la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias publicó el pasado 10 de junio en su web la resolución por la que se convocaban ayudas directas a los consistorios que organizaran talleres de verano con comedores para menores de familias con rentas bajas (inferiores a 6.454 euros).

El plazo para pedir la ayuda aspiraba el 14 de ese mismo mes, aunque posteriormente se amplió hasta el día 26. Muchos ayuntamientos se quejan del poco margen con el que han contado. Los plenos de investidura se celebraron el 20 de junio y en los días posteriores ni siquiera estaba claro en muchos de ellos el reparto de áreas.

El cierre de comedores, la iniciativa promovida por la consejería de José Miguel Pérez (PSOE) en el año 2013 para paliar los efectos de la crisis económica, era una idea que ya venía rondando bastante tiempo en la mente de los dirigentes del Gobierno de CC. La Consejería sostiene que lo anunció a la Federación Canaria de Municipios (FECAM) el verano pasado y explica que mientras en 2014 se alcanzó el número máximo de inscripciones en este proyecto, con 4.895, esta cifra fue descendiendo hasta que en agosto del año pasado fue de 2.132 menores, de los que acudían 951 de media. Hay Ayuntamientos que avalan que la asistencia no se correspondía con las matriculaciones. Así, lo ha manifestado el de Puerto del Rosario (Fuerteventura), que el verano pasado ya solo mantenía un centro abierto, o el de Las Palmas de Gran Canaria, donde el año pasado se apuntaron 428 en julio, pero acudieron 202, y en agosto 375 y asistieron 130.

Sin embargo, las instituciones no han entrado a valorar las causas por las que hay familias que dejan de llevar a los menores al centro. En una comunidad en la que, como indica Unicef, 2 de cada 5 niños están en riesgo exclusión social y en la que, según la tasa AROPE, el 30,5% de la población sufre pobreza, pueden ser múltiples las razones por las que haya familias que no desplacen a sus menores a los comedores en verano; una de ellas, el coste de transporte, ya que el colegio que corresponde en verano puede estar más alejado de la zona del centro habitual de estudio. Además, es necesario tener en cuenta que durante el resto del curso hay casi 15.000 menores en Canarias que acceden a los comedores de forma gratuita (la llamada cuota cero) porque las rentas de sus padres son inferiores a 6.454 euros, según los datos que ha facilitado la consejería a este periódico.

Solo 150 euros de ayuda

En cualquier caso, apoyarse en “la excusa” de la asistencia para cerrar los comedores en verano no convence a algunos concejales como a Rubens Ascanio, ahora responsable del área de Bienestar Social de La Laguna. “El problema es bastante grave, llevamos varias semanas recibiendo llamadas de padres y madres preguntando cuándo se van a abrir estas instalaciones, cuándo estará de nuevo el servicio o por qué se ha retrasado”, señala.

Para Ascanio, la Consejería de Educación debería dar más explicaciones sobre “cómo ha dejado desamparados a miles de niños y niñas en Canarias”. Recuerda que la ayuda solo supone para el ayuntamiento 150 euros por menor inscrito, una cuantía que asegura que no es suficiente para cubrir el total de actividades, catering ... y agradece que La Laguna haya llegado a tiempo de solicitarla por el equipo de técnicos del consistorio. El concejal insiste en que se está cargando a los ayuntamientos con una responsabilidad mucho mayor, “ahora nos tenemos incluso que encargar de la contratación de los equipos dinamizadores que van a ir a cada uno de los centros y de los servicios complementarios de catering y, en algún caso, del transporte que será necesario en alguno de los centros”.

Subraya que es dramática la situación actual en Canarias y recuerda que muchas ONG han tenido que acudir de urgencia a auxiliar a las familias que necesitan alimento este verano. En La Laguna, los campamentos se realizarán en cinco centros. Comienzan este 15 de julio hasta el 31 de agosto y de ellos formarán parte 288 niños y niñas en total.

El municipio grancanario de Telde es uno de los núcleos poblacionales más afectados por la pobreza. El año pasado se beneficiaban 88 menores del comedor de verano. En esta ocasión, el nuevo gobierno se enteró del cambio de modelo y de la nueva ayuda del Gobierno a tres días de que cerrara el plazo. Entonces, se consultó a los centros, que según fuentes del consistorio trasladaron al ayuntamiento que ninguna familia había solicitado este recurso, algo que pudo ocurrir por distintos motivos. No obstante, la ayuda de la consejería no resulta suficiente para cubrir con todos los gastos y Telde está sometido a un duro plan de ajuste. Lo que sí garantiza el municipio es que los servicios sociales estarán abiertos todo el año para que ningún menor se quede sin comer.

Ayudas directas también anuncian pequeños ayuntamientos como es el caso de San Sebastián de La Gomera o Valverde (El Hierro). En este último, la concejala del área, Rosana González, también señala que en apenas tres días no dio tiempo de presentar la solicitud. El pasado año, 12 menores acudían a esta iniciativa, y ahora se potenciará la ayuda económica a las familias que lo necesiten.

Las capitales, más afectadas

Los casos más sonados por el cierre de comedores han sido el de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. La nueva alcaldesa de la capital tinerfeña, Patricia Hernández, reaccionó con rapidez haciendo un llamamiento a las familias para que acudieran a los servicios sociales y garantizó que ningún beneficiario de la cuota cero se quedaría sin la ayuda. 

Tras conocerse que había decenas de familias que habían requerido de la ayuda de ONGs, en la capital grancanaria, el regidor Augusto Hidalgo, anunció días más tarde que ningún niño de cuota cero se quedaría sin comedor. Finalmente, se integrará a estos niños en los talleres que realiza el Ayuntamiento cada verano. Para ello, trabaja con la Consejería de Educación que está contactando con las familias que puedan ser beneficiarias ya que el consistorio capitalino no puede hacerlo por la ley de protección de datos. 

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