Condenan a 30 años de prisión al asesino de Yolanda Tabares
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado al acusado de asesinar a Yolanda Tabares en Las Palmas de Gran Canaria a 30 años y seis meses de prisión al considerarle responsable de un delito de asesinato, así como de agresión sexual y de robo con violencia e intimidación.
El acusado que responde a las iniciales de M.I.M.H. ha sido condenado como autor responsable de un delito de asesinato ya definido, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de 17 años y seis meses de prisión; así como a 9 años de prisión por un delito de agresión sexual; y a 4 años de cárcel por delito de robo con violencia e intimidación.
Asimismo, y según recoge la sentencia remitida por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), el acusado tiene prohibido aproximarse a menos de 500 metros a los familiares de la víctima Y.F.T., M.Y.T.G. y M.M.T.G durante 37 años.
Además, en concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar al hijo de Yolanda Tabares, Y.F.T., con 200.000 euros en concepto de daño moral.
En cuanto al cumplimiento de la pena privativa de libertad que se impone, se ha de abonar todo el tiempo que ha estado privado de ella por esta causa, de tal forma que se fija desde el 28 de octubre de 2010.
Los hechos
Los hechos se remontan al 15 de enero de 1994 cuando la víctima, Yolanda Tabares, fue abordada por el acusado en el edificio de su domicilio, de la calle Torres Quevedo de la capital grancanaria, entre las 04.00 y 05.00 horas en las inmediaciones de la 5ª planta del citado edificio, mediante el empleo de fuerza e intimidación.
Posteriormente, y según los hechos probados el acusado la obligó a quitarse los zapatos, el pantalón, las medias pantys y su ropa interior, así como la camisa, rompiéndole el sujetador, para seguidamente obligarla a tumbarse en el suelo y arrastrarla hasta el descansillo entre la planta cuarta y quinta donde finalmente abusaría sexualmente, mientras “con la intención de matarla la apretaba fuertemente del cuello con las dos manos, asfixiándola hasta causarle la muerte”.
El cuerpo sin vida de la mujer fue descubierto sobre las 09.30 horas del 15 de enero de 1994 por su hijo Y.F.T., de 16 años de edad, cuando abandonó la vivienda donde había estado durmiendo.
Posteriormente, tras realizar la correspondiente autopsia a la víctima, presentaba externamente al nivel del cuello, dispuestas a modo de gargantilla, catorce placas erosivo contusivas y otras zonas solamente contusivas, siendo más numerosas y profundas en el lado izquierdo, morfología que semeja el reborde unguneal humano, cuyo tamaño máximo es de ocho milímetros de largo por dos de ancho y en su mayoría son semicirculares, y que dan muestra de que fueron causadas por compresión externa del cuello realizada con las dos manos, por una persona diestra, comprimiendo finalmente la epiglotis.
Asimismo, a nivel de brazo izquierdo tanto en su cara externa como interna aparecen zonas contusas, mientras que en la mano derecha presentaba una herida escoriativa en dorso de la primera articulación interfalangica del dedo anular y en la misma mano una pequeña zona contusa en la articulación interfalángica del dedo pulgar.
También se comprobó que en la zona lumbar de la columna vertebral había una excoriación de 7 milímetros de diámetro máximo rodeada de una zona contusiva, con signos del arrastre; mientras que el examen ginecológico externo dio como resultado una hemorroide trombosada y con excoriaciones de la piel, entre otros resultado con los que se descubrió semen, cuyos perfiles genéticos de ADN se corresponden con los del acusado.