25 COL0QUIO DE HISTORIA CANARIO AMERICANA
Investigadores canarios estudian, por primera vez, los restos aborígenes del Museo del Hombre de París

La antropóloga Julie Campagne durante la presentación de la investigación en la Casa de Colón

Luis Socorro

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Un equipo multidisciplinar de científicos de las dos universidades públicas de Canarias ha iniciado, por primera vez, una investigación de los 500 restos humanos de aborígenes canarios depositados, desde hace aproximadamente 150 años, en el Museo del Hombre de París. Los objetivos de este proyecto, dirigido por el doctor de la ULPGC Jonathan Santana Cabrera, han sido presentados en el 25 Coloquio de Historia Canario Americana, que se está celebrando esta semana en la Casa de Colón de la capital grancanaria.

Julie Campagne, antropóloga francesa afincada en Lanzarote, fue la encargada de exponer la ponencia La colección de restos humanos del Museé de l´Homme. Explicó que durante varios meses de la pasada primavera, los investigadores isleños analizaron los más de 500 restos humanos de aborígenes canarios almacenados en el citado museo de París. El 3% de la colección son restos humanos de canarios, procedentes de seis de las islas habitadas durante el poblamiento indígena. Además de fotografiar y catalogar los registros, los técnicos obtuvieron muestras para analizarlas en laboratorios, con “los métodos de análisis más actuales, como la osteoarqueología, ADN antiguo, isótopos estables y Carbono 14, para generar conocimiento histórico y biológico acerca de los antiguos habitantes del archipiélago canario”. Los resultados de estas investigaciones se publicarán una vez estén concluidos.

La posibilidad de acceder a este material antropológico constituye, según los científicos, “un auténtico punto de inflexión en la investigación arqueológica en Canarias, dado que permite abordar el estudio de una gran cantidad de restos humanos, algunos procedentes de yacimientos arqueológicos que en la actualidad no están presentes en los museos insulares”.

Este nuevo estudio recuperará para la ciencia canaria la potencialidad científica de unos restos arqueológicos que salieron de Canarias hace más de 100 años. Pioneros de la investigación arqueológica en Canarias, como Ripoche, Chil y Naranjo y los franceses Rene Verneau o Berthelot. Los restos fueron expoliados durante años y trasladados a Francia en varios viajes. Está documentado que Chil acudió a una exposición universal en París para mostrar restos guanches y jamás regresaron a Canarias. Hay que señalar que en el siglo XIX, en Francia estaba la élite de la investigación antropológica.

Este trabajo se enmarca dentro del proyecto Isocan, una investigación de vanguardia, a cinco años vista, con fondos europeos que la UE otorga a estudios de todas las disciplinas de la ciencia. En este caso, es el primero que se otorga a un arqueólogo canario. Con Isocan, el equipo de Jonathan Santana “explora la primera colonización de las Islas Canarias hasta la conquista europea; estudia la cronología de la colonización inicial del Archipiélago, el origen geográfico y la variabilidad genética de los indígenas canarios, sus animales y plantas domésticas, así como de las especies parasitarias que accidentalmente llegaron con ellos”. También, el proceso de adaptación y resiliencia de los primeros pobladores a los diferentes ecosistemas insulares y, por último,  “el impacto humano en el paisaje y la gestión de los recursos naturales”. 

Buscando a los mahos

El Museo del Hombre custodia cerca de 130 cráneos y trece momias procedentes de Tenerife. Restos funerarios son más de 500 y en total hay 805 referencias de material procedente de Canarias, expuso Campagne. El estudio de estos valiosos vestigios indígenas “ampliarán la información bioantropológica de aquellas poblaciones, procedentes de Gran Canaria, Tenerife, El Hierro, La Palma, La Gomera y Fuerteventura”. Precisamente, los contextos funerarios de esta última isla centraron una ponencia posterior a la del Museé de l´Homme.

La arqueóloga majorera Rosa López Guerrrero presentó los resultados de la investigación que está llevando a cabo con sus colegas de Arenisca sobre los yacimientos funerarios localizados en Fuerteventura. El principal problema para los científicos es que “se han encontrado muy pocos restos humanos”. Los más antiguos están datados en el siglo VII, sin embargo hay yacimientos con dataciones de material no humano fechadas entre los siglos III y IV. ¿Dónde están los muertos de esos yacimientos? Esa es la pregunta que intenta responder López. Por eso, el título de su ponencia es Buscando a los mahos.

En esa búsqueda de material funerario, la arqueóloga ha manifestado a este periódico que “tenemos un total de 155 registros que aluden a lugares funerarios”. Entre hallazgos casuales y los encontrados por los profesionales, “tenemos  62 individuos”, algunos se pueden ver en el Museo Arqueológico de Fuerteventura, en Betancuria, inaugurado en diciembre de 2020.

Son pocos pero es un punto de partida interesante para encuadrar, “con las prospecciones y dataciones que estamos realizando, cronológicamente los yacimientos y contextos funerarios analizados, dándose con ello un primer paso para entender la ocupación del territorio en época aborigen y los espacios seleccionados por los mahos para perpetuar la memoria de sus difuntos”.

En este sentido, Rosa López añadió que espera con mucho interés los resultados de la investigación que se está llevando a cabo con los registros del Museo del Hombre de París. La directora de Arenisca ofreció muchos detalles de los yacimientos investigados, pero obviaremos esa información para no facilitar el trabajo de expoliadores e intrusos de la arqueología.

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