Las lentejas tradicionales que se cultivan en España tienen ADN guanche
“Hay un error”. Esa fue la reacción de Jenny Hagenblad en su laboratorio de la Universidad de Linköping. No le cuadraba que las lentejas tradicionales que hoy se cultivan en España fueran más similares a las lentejas que consumían los indígenas canarios que las que se plantan en la actualidad en el norte de África, lugar de procedencia de los primeros habitantes del Archipiélago. La genetista sueca revisó cada uno de los pasos y concluyó que no se había equivocado. Semanas antes, había certificado el origen prehispánico de la lenteja tradicional que todavía se planta en algunas fincas isleñas, sobre todo de Lanzarote y Fuerteventura, lo que pone de manifiesto que aquellas personas llegaron a las islas con semillas de lentejas, entre otros vegetales. El ADN no se equivoca. Esta investigación la ha publicado la revista científica Journal of Archaeological Science.
Hagenblad llamó desde Suecia al doctor Jacob Morales, el arqueólogo que había descubierto las semillas de lentejas en un antiguo granero aborigen. “Hablé con Jacob para decirle que no entendía los resultados; pensaba que [las lentejas modernas que hoy se cultivan en la Península Ibérica] se habían contaminado con otras semillas”. La primera reacción de Morales fue de “incredulidad”, nos comenta en su despacho de secretario del departamento de Ciencias Históricas de la ULPGC, lugar en el que entrevistamos a los dos científicos. “Asumimos”, continúa Morales, “que si los indígenas vinieron del norte de África [con semillas de lentejas, guisantes, cebada y trigo], las lentejas que consumían los antiguos canarios se tienen que parecer más a las africanas; cuando me dijo que se parecían más a las peninsulares, pensé que nos habíamos equivocado en algo”.
Tras certificar que no habían cometido ningún error en el proceso de secuenciación del ADN de las lentejas -tanto las arqueológicas como las variedades tradicionales que hoy se cultivan en Canarias, la Península y Marruecos-, la explicación de Morales y Hagenblad al hallazgo de que las lentejas españolas actuales son más similares a las indígenas que las que hoy se cultivan en Marruecos “es que después de la Conquista hubo una exportación de la lenteja canaria a la Península”. Aunque es escasa, Morales ha encontrado documentación del siglo XVIII que “indica que se exportaba lenteja desde Lanzarote y Fuerteventura, pero de principios del siglo XX sí hay mucha documentación que certifica que Lanzarote exportaba lentejas al resto de Canarias y a la Península, una lenteja, además, que era muy estimada, hasta el punto de que ahora se vende lenteja [con el eslogan comercial] tipo Lanzarote”.
La presencia de la lenteja en la dieta de los indígenas canarios es un descubrimiento reciente, ya que los cronistas de la Conquista –se prolongó a lo largo del siglo XV, desde 1404, cuando se conquistan Lanzarote y Fuerteventura, hasta 1496 con la conquista de Tenerife- “no mencionan el cultivo de lentejas por parte de la población indígena, lo que sugiere”, subraya Morales, “que en ese periodo histórico el cultivo de lentejas rara vez se practicaba o estaba ausente en la mayoría de las islas”. Fue en el año 2001 cuando se publica un artículo científico en el que se da cuenta del hallazgo de lentejas en Agüimes (Gran Canaria), tras una excavación realizada por los arqueólogos Javier Velazco y Verónica Alberto; Jacob Morales fue el carpólogo que investigó el material botánico de la citada intervención.
Graneros artificiales
Para la realización del estudio genético de la lenteja que se consumía en la época indígena, los autores han investigado semillas arqueológicas localizadas en cinco graneros de Gran Canaria, excavados en la roca volcánica por los nativos; estos graneros en cuevas atesoran “unas condiciones estables de humedad y temperatura”, explica el doctor Morales, que “han preservado restos de plantas en perfecto estado de conservación desde la etapa guanche hasta la actualidad”. Las dataciones de estos restos arqueológicos de lentejas oscilan entre los siglos VI y XVI“.
Además de las lentejas prehispánicas, la bióloga genetista sueca ha secuenciado el ADN de las lentejas tradicionales que se cultivan en la actualidad en Canarias, Marruecos y la Península Ibérica. El origen de la gran mayoría de las lentejas que hoy se venden en los supermercados españoles –incluidas las ‘tipo Lanzarote’- es Canadá; son transgénicas ya que su ADN ha sido modificado artificialmente. Debido a esta modificación genética es imposible saber si esas lentejas canadienses guardan relación con las originarias del norte de África.
Esta investigación ha contado con la colaboración del Laboratorio de Paleogenómica de la Universidad de La Laguna, que se encargó de la extracción de ADN de las lentejas y de la preparación de la biblioteca. Este laboratorio está dirigido por la doctora Rosa Fregel. Esta genetista lleva muchos años vinculada a la investigación molecular de los restos humanos de los antiguos canarios, con unos resultados sobresalientes.
Jenny Hagenblad, por su parte, lleva más de una década colaborando con el arqueobotánico Jacob Morales, profesor titular de Prehistoria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Morales es uno de los paleocarpólogos más reputado de España. En 2017, los dos investigadores anunciaron que la mayoría de la cebada que se cultiva en la actualidad en Canarias es la misma que cosechaban los primeros colonos de las islas antes de la llegada de los conquistadores europeos. Aquel trabajo se publicó en Journal of Archaeological Science, la misma revista que ha divulgado este mes el estudio sobre las lentejas, como adelantó el periodista de la agencia Efe José María Rodríguez.
Los especímenes arqueológicos analizados en este trabajo, afirman sus autores, “muestran una clara similitud con la mayoría de las lentejas cultivadas en el Archipiélago hoy en día, que solo puede explicarse por el cultivo continuo de lentejas indígenas en las Islas Canarias. Demuestra que las lentejas cultivadas en la actualidad descienden directamente de las lentejas traídas hace casi dos milenios por los colonizadores originales, de forma similar a lo que se ha encontrado en la cebada”.
La investigación no para. Morales y Hagenblad continuarán analizando más semillas modernas de los cultivos locales de Canarias, Península y Marruecos, para determinar “qué porcentaje de ADN canario tienen las semillas de lentejas peninsulares e intentar acotar el lugar de procedencia de las semillas prehispánicas que fueron exportadas tras la Conquista”.
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