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Un preso de 'Las Palmas 2' incendia el colchón de una celda con la intención de matar a otro interno por asfixia

Uno de los módulos del Centro Penitenciario Las Palmas II.

Europa Press

Las Palmas de Gran Canaria —

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La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) ha denunciado que el pasado 26 de agosto un preso considerado de alta peligrosidad del Centro Penitenciario Las Palmas 2 incendió el colchón de su celda en un intento de matar a otro interno asfixiándolo con el humo.

Además, la sección sindical de la prisión ha hecho especial hincapié en el riesgo para su vida que afrontaron los funcionarios que trabajaban en ese momento, no sólo por la inhalación de humo provocado por el incendio, sino porque el agresor les amenazó con un pincho carcelario de considerable tamaño si no dejaban morir al otro interno.

En un comunicado, la APFP ha explicado que los hechos tuvieron lugar sobre las 17.50 horas, cuando un preso solicitó a un funcionario que se encontraba en la cabina que le abriera su celda para realizar una llamada telefónica, algo habitual.

El interno aprovechó ese momento para prender fuego a su colchón, que además había cubierto con papeles y ropa para aumentar el incendio, contra otra celda de otro interno de la misma galería con la intención, según verbalizó, de intentar acabar con la vida del segundo por inhalación de humos.

Por su parte, el funcionario que se encontraba en la cabina avisó de inmediato a otros dos compañeros que estaban por las galerías realizando el economato para que se personen en el lugar de los hechos.

“Es en este punto donde nos encontramos con el primer problema de seguridad, achacable a la mala gestión y previsión de personal. No se entiende como ante la escasez de personal en el módulo de aislamiento, puesto que tres funcionarios son insuficientes, se pueda prescindir de uno para labores en otro departamento”, criticó APFP.

El agresor estaba armado con un pincho carcelario

Una vez que los otros dos trabajadores se personaron ante el rastrillo de la galería, se encontraron con una densa capa de humo y al interno que prendió el fuego armado con un pincho carcelario de considerable tamaño.

El preso se encontraba en elevado estado de agitación y violencia, amenazando a los funcionarios con matarlos si entraban para impedir que sus planes de acabar con la vida del otro interno.

Ante esta situación, sumada a la “mala colocación” de las cámaras, que solo permitía ver los pies de los compañeros a la entrada de la galería, a la capa de humo que imposibilitaba la correcta visión, y la incomunicación por radio entre cabina y funcionarios de interior; por una ya conocida mala cobertura de la señal en esa zona del módulo, el funcionario de cabina decidió que la acción correcta era abrir el rastrillo.

“Es aquí donde se da el segundo problema grave de seguridad, para nada achacable al compañero de cabina, puesto que cualquier decisión ante una situación donde la información con la que se cuenta es tan limitada, puede llegar a ser tan acertada como equivocada”, aseveró la Asociación.

Se toparon cara a cara con el preso armado y alterado

Mientras, los dos funcionarios de la galería se toparon así con el preso altamente peligroso, armado y amenazándoles. Aún así, gracias al buen hacer de ambos funcionarios, a su profesionalidad y a su labor de mediación, consiguieron que el interno regresase a su celda.

“Indistintamente del buen desenlace para esta ocasión --continuó APFP--, una situación de peligro tal no puede volverse a repetir, ya que pudiese suceder que una correcta acción de mediación llegase a ser insuficiente y en estos momentos pudiésemos estar lamentándonos de un final distinto, con tintes más dramáticos”.

Finalmente, una vez el interno fue neutralizado, los funcionarios procedieron a sofocar el fuego, a retirar el colchón y a ventilar la zona. Ambos tuvieron que ser atendidos en el departamento de enfermería por inhalación de humos y presentaron signos de asfixia y mareos.

La sección sindical pide subsanar las carencias

Por todo esto, la sección sindical solicitó a la dirección del centro que se subsanen todas estas carencias para que una situación de tal importancia y gravedad no pueda volver a repetirse bajo ningún concepto.

“No se puede poner en un situación de tanto riesgo a unos compañeros, puesto que cuando es evitable, como es el caso, no va incluido en el sueldo”, insistió.

Además, solicitó el reconocimiento al buen hacer de los funcionarios, “gracias a los cuales y en contra de su propia salud, ningún interno tuvo que ser atendido como consecuencia del incendio, mientras nuestros compañeros siguen esperando que alguien de la dirección se comunique con ellos para preocuparse por su estado”.

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