Piden 3 años por estafar a una anciana 250.000 euros

El Ministerio Fiscal pidió este lunes a la Audiencia de Las Palmas penas de tres años de cárcel para tres cuidadores a los que acusa de haberse aprovechado de Alzheimer que padece una octogenaria a la que atendían para hacerse con 250.000 euros guardados en el banco.

En el juicio, celebrado este lunes en la sección sexta, la acusación pública imputó a los tres procesados delitos de estafa y apropiación indebida, por los que también solicita que abonen a la víctima los 250.000 euros que, “como mínimo”, considera que le quitaron engañándola para que firmara cheques y convenciéndola para que dejara “a cero” un fondo de inversión que tenía. Según el Ministerio Público, estos hechos ocurrieron entre 2008 y 2009 y han dejado a la víctima, Margarita W., “en una situación de absoluta falta de liquidez”.

Los acusados, Domingo S.S., Isaura R.C. y Esperanza S.S., trabajaron para la octogenaria como cuidadores diurnos y nocturnos, unos entre semana y otros los sábados y domingos, durante 15, 6 y tres años, respectivamente, si bien el primero también era conserje en un edificio de apartamentos donde la víctima posee tres inmuebles en régimen de alquiler, de cuyos cobros se encargaba igualmente. Estos cuidadores, que formaban parte de una plantilla de nueve que asistían a la anciana en su vivienda habitual, recibían, normalmente en metálico y en contadas ocasiones a través de cheques bancarios, remuneraciones de 2.000 euros, en el caso de Domingo S.S., y de 800 euros, en el de las dos mujeres.

Según el fiscal, a través de un plan preconcebido, estas tres personas lograron hacerse entre 2008 y 2009 con entre 250.000 y 300.000 euros de Margarita W., de lo que existen “pruebas suficientes e indicios de ilícitos penales perfectamente calificados” y unos hechos “que son tozudos”.

La defensa reclama la absolución

Sin embargo, las defensas consideran que esas acusaciones no han quedado suficientemente acreditadas, por lo que pidieron la absolución de sus representados.

Tanto las dos acusadas como los testigos propuestos por el fiscal que comparecieron este lunes ante el juez coincidieron en afirmar que el procesado Domingo S.S. se encargaba de pagar al personal en ocasiones, tanto en efectivo como mediante cheques firmados por Margarita W. Además, las sobrinas políticas de la víctima manifestaron que Domingo S.S y Esperanza S.S. “siempre sabían dónde estaban las llaves de la caja fuerte” de la vivienda de la anciana, que previamente se habían encargado de esconder, a raíz de que fueran alertadas por una empleada del banco de que a la octogenaria le quedaba poco dinero en sus cuentas, de las que había ido sacando de forma periódica “no menos de 10.000 euros” cada vez que acudía a la oficina, siempre acompañada de un cuidador.

Tanto los acusados como los testigos destacaron el carácter generoso de Margarita y la rectitud con la que llevaba su economía doméstica, que nunca dejó en manos de una de sus sobrinas, pese a que tenía poderes para ello. Sin embargo, una de sus sobrinas destacó el “temor” que percibió en la anciana en varias ocasiones respecto de los acusados, sobre todo de Domingo S.S., de quien llegó a decir a una amiga que estaba interesado en comprarle uno de sus tres apartamentos.

El fiscal llamó la atención del capital que obraba, a 31 de diciembre de 2009, en las cuentas corrientes de Esperanza S.S. y de Domingo S.S. -37.000 y 28.000 euros, respectivamente-, algo que sus defensas consideraron que no puede relacionarse con un ilícito penal y sí con la capacidad de ahorro de sus patrocinados. Así, explicaron que la cuenta corriente donde figura Esperanza S.S. es también de su marido, que está en activo desde hace décadas, mientras que de Domingo S.S. dijeron que sus ingresos por entonces ascendían a unos 15.000 euros, ya que el resto eran de otra cuenta de su hijo en la que también figuraba.

La acusación pública sostiene que hubo “una íntima colaboración entre los tres acusados para desvalijar a una persona que empezaba a perder sus facultades psíquicas”, lo que supone “un hecho especialmente reprochable”. En su opinión, se aprovecharon de “una perita en dulce”, dada la generosidad y el gran patrimonio de la víctima.

La defensa de Domingo S.S. afeó al fiscal su ironía y advirtió de que “lo único irónico sería que estas tres personas se vean inmersas en un proceso penal en base a cosas de oídas”, ya que, en su opinión, “no hay ningún dato fáctico ni creíble de lo que se les acusa”. La abogada de Isaura R.C. alegó que se ha vulnerado el principio acusatorio respecto de su defendida y destacó que “no sabe de qué se le acusa”, al tiempo que afirmó que “el dinero no se ha ido solo, sino que se lo ha gastado Margarita en lo que ha querido”.

Los acusados se declararon inocentes y aseguraron que “no han cogido ni robado nada”.

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