La técnica que sustituye a la operación a corazón abierto ya se aplica a niños en Canarias
El Hospital Insular de Gran Canaria ha aplicado con éxito a una niña de tres años y medio una técnica percutánea que sustituye a la operación a corazón abierto para cerrar el orificio del tabique interventricular con el que nacen entre el 14% y el 17% de los niños.
El médico adjunto de la Unidad de Cardiología del Hospital, Francisco Jiménez, informó este martes de que es la primera vez que se practica en Canarias esta técnica, que se desarrolla en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid desde hace tres años y que en España se efectúa a partir de ahora en seis centros hospitalarios.
Jiménez explicó que se trata de una técnica no invasiva y que genera muy pocas complicaciones en comparación con la quirúrgica, aunque sólo se puede aplicar a pacientes con determinadas características, entre ellas a aquello niños con un peso superior a 10 kilos.
Se trata de introducir en el corazón mediante un catéter de dos milímetros y medio un dispositivo denominado Amplatzer para ocluir este defecto del tabique interventricular que puede medir entre ocho y diez milímetros.
Este tratamiento no precisa de transfusiones de sangre, no deja cicatriz y condiciona una estancia hospitalaria corta, destacó Jiménez, quien señaló que este tipo de cardiopatía es la segunda más frecuente entre las cardiopatías congénitas.
La niña, que fue intervenida el pasado día 31 de octubre, pesaba 16 kilos y tenía una comunicación interventricular de nueve milímetros de diámetro, informó Jiménez, quien señaló que calculan que la Unidad efectuará entre cuatro y cinco intervenciones de este tipo anualmente.
El facultativo indicó que esta técnica también está indicada para pacientes adultos que sufren un infarto de miocardio que tenga como complicación una rotura del tabique interventricular.
Así mismo, se pude desarrollar en aquellos niños que han sido operados previamente para cerrar la comunicación interentricular y que presenten un defecto residual tras la intervención quirúrgica, sin necesidad de ser reintervenidos, subrayó Jiménez.
La técnica se comenzó a aplicar en los años 90, pero no con este tipo de dispositivo, el Amplazter, que se comercializa desde 2002.
Los pacientes que sufren esta patología desarrollan la enfermedad de Eisenmenger, que condiciona la muerte de los pacientes en torno a los 40 años con una calidad de vida reducida.
Jiménez destacó el avance que supone esta técnica para la Unidad de Cardiología del Hospital, que se creó a principios de 2001 y que es centro de referencia en el Archipiélago.
Así mismo, señaló que la Unidad desde su creación ha practicado unos 500 cateterismos.