Medio millón de jóvenes dan la bienvenida a la XXVI Jornada Mundial de la Juventud en la Plaza de Cibeles
MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
Medio millón de jóvenes, según estimaciones de la organización, ha asistido esta tarde a la misa inaugural de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que ha tenido lugar en la Plaza de Cibeles y ha sido presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
A pesar de que la celebración ha comenzado a las 20,00 horas, peregrinos han pret a la Plaza de Cibeles desde ocho horas antes para coger sitio, según han explicado a Europa Press varios grupos que se encontraban en primera fila antes de la celebración.
Durante su homilía, el cardenal Rouco Varela ha pedido a los jóvenes peregrinos que asuman el “formidable” reto de la nueva evangelización de sus jóvenes coetáneos, de los que ha advertido que tienen “raíces existenciales debilitadas”.
En este sentido, ha recordado que a los jóvenes de hoy, “con raíces existenciales debilitadas por un rampante relativismo espiritual y moral”, y sin hallar “sólidos fundamentos para sus vidas en la cultura y sociedad actuales, incluso no rara vez en la propia familia”, se les “tienta poderosamente” hasta los límites de hacer perder la orientación en el camino de la vida.
LA GENERACIÓN DE BENEDICTO XVI
Así, ha diferenciado la generación que acude a la JMJ 2011, la “de Benedicto XVI”, de la de Juan Pablo II y ha destacado que la primera está ahora condicionada “para bien y, en muchas ocasiones”, para mal por “globalización, las nuevas tecnologías de la comunicación, la crisis económica.
Además, ha subrayado que la España que acoge estos días “con brazos abiertos y cálida simpatía” a los peregrinos, es un viejo país formado por una comunidad de pueblos cuya principal “seña de identidad histórica es la profesión de la fe cristiana de sus hijas e hijos en la comunión de la Iglesia Católica”.
Las palabras del cardenal de Madrid han sido recibidas con grandes aplausos de los peregrinos, especialmente cuando se ha referido al Beato Juan Pablo II, que creó las Jornadas Mundiales de la Juventud, así como al referirse a la generación de Benedicto XVI y a la Virgen.
Por su parte, los jóvenes han pedido en diferentes idiomas -inglés, francés, japonés, alemán-- por el Papa, por las vocaciones, por los perseguidos por su fe, por Tierra Santa, por los artistas, las víctimas de la violencia. Asimismo, han pedido para que los jóvenes “respeten el medio ambiente y resistan a la tentación de las drogas”.
LA PATRONA DE MADRID, EN TODAS LAS MOCHILAS
Tras la comunión, durante la que los peregrinos han ondeado sus banderas al tiempo que las voces del coro, el cardenal ha bendecido las medallas con la imagen de la patrona de Madrid que los asistentes llevan en sus mochilas, y se las ha entregado personalmente a cinco jóvenes que han subido al altar.
Además, durante la celebración ha estado expuesta la reliquia del Beato Juan Pablo II -una ampolla de sangre extraída por motivos sanitarios las semanas previas a su fallecimiento- a quien ha estado dedicada la misa de inauguración de esta Jornada. La reliquia, que, según ha explicado el cardenal, es un regalo del arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, se quedará en la Catedral de la Santa María la Real de la Almudena, en Madrid.
CAPITAL DE JUVENTUD CATÓLICA
Por su parte, el presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, el cardenal Stanislaw Rylko ha recordado a los jóvenes que la “bellísima y moderna metrópolis” de Madrid se ha convertido en estos días “en la capital de la juventud católica” de todo el mundo y ha subrayado que “serán días inolvidables de importantes descubrimientos y de decisiones determinantes” para su vida.
En este sentido, ha destacado que la reflexión de los jóvenes en estos días “estarán guiadas” por el lema de la JMJ, 'Arraigados en Cristo, firmes en la fe' y ha recordado que estas palabras de San Pablo en la Biblia son unas palabras “que comprometen”.
Según ha explicado el cardenal Rylko, la fe es “la roca sobre la cual construir la vida, la brújula segura que guía las decisiones y da a la vida la orientación divina”. “Si Dios existe o no existe, todo cambia” ha añadido.
El presidente del dicasterio ha indicado que “muchos hoy se preguntan si en este mundo, que tan a menudo rechaza a Dios y vive como si Dios no existiera, es aún posible la fe”. Ante esto, ha hecho ver a los jóvenes que están reunidos en Madrid “para decir en voz alta a todo el mundo y en particular a esta Europa que está dando signos de profunda desorientación”, un “firme sí”. “Sí, la fe es posible. La JMJ de madrid ha empezado. De nuevo, os digo bienvenidos todos a Madrid”, ha remarcado.
Al término de la celebración, en torno a las 22.00 horas cuando ya había oscurecido en la capital, el cardenal arzobispo de Madrid ha deseado a los peregrinos que sean felices en estos días y los jóvenes, la generación de Benedicto XVI, ha cerrado la ceremonia con gritos y coros de:“Benedicto, Benedicto”.