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Chicote y los comedores escolares de Canarias
Quizás Alberto Chicote desconozca -y nadie le puede culpar por ello- que, desde hace casi una década, Canarias aspira a que el menú escolar pueda ser en su totalidad elaborado con productos ecológicos, locales y de temporada, abordando desde la infancia la restauración ecológica, sensibilización y formación de las familias, gestión de canales cortos de comercialización, creación de grupos de consumo y una planificación para el aumento de la oferta de productos ecológicos.
Además de promover una alimentación más saludable entre los jóvenes, el objetivo último es potenciar el sector primario de las islas, la agricultura ecológica y las producciones de kilómetro 0, de máxima calidad y frescura, gracias al compromiso firme y decidido de agricultores, personal de comedores, familias, docentes y equipos directivos que se han involucrado en el programa Ecocomedores escolares, proyecto este llevado a cabo con el inestimable apoyo del personal del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA) -organismo autónomo dependiente de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias- y en colaboración con la Consejería de Educación.
Me gustaría que Chicote supiera que en la Comunidad Autónoma de Canarias el marco legislativo de los comedores escolares hace referencia a que la realidad social demanda la existencia de servicios de comedor en los centros docentes, como un servicio educativo complementario a la enseñanza, compensatorio y social dentro de los principios de igualdad y solidaridad.
Mediante el consumo de alimentos ecológicos en los comedores escolares, no solamente estamos decidiendo sobre lo que comemos, sino que, indirectamente, lo hacemos sobre el modelo de producción, distribución y consumo de esos productos. Implica un alto nivel de responsabilidad social y ambiental, vinculado a un proceso educativo ligado al conocimiento de lo que comemos, promocionando la alimentación saludable, con dietas equilibradas, con alimentos en cuya producción no se han usado sustancias químicas de síntesis ni medicamentos y hormonas en la producción de animales.
Desconozco con qué se ha encontrado Alberto Chicote en su visita a nuestras islas y no dudo de la rigurosidad y profesionalidad del trabajo de investigación por él y su equipo realizado, pero estoy seguro de que coincidirá conmigo en que generalizar negativamente a todos los comedores escolares de nuestro archipiélago por aquellos que no hacen rigurosamente su labor hace un flaco favor a toda la comunidad implicada en ellos, al tiempo que devalúa indirectamente un gran trabajo como el que describo se pretende realizar en los ecocomedores escolares.
El programa Ecocomedores tiene como finalidad favorecer y potenciar el desarrollo de la producción agraria ecológica en Canarias y para ello trabaja en la organización del subsector ecológico para dar visibilidad a los productores y dignificar su trabajo, ordenar la oferta de este tipo de productos y facilitar el acceso de los consumidores a los productos ecológicos a precio justos para agricultores y consumidores, con el propósito de incorporar alimentos ecológicos, locales y de temporada en comedores escolares y sociosanitarios, mejorando así la calidad de alimentación y la salud de los comensales y promoviendo el conocimiento de lo que comemos y de cómo esto incide directamente en nuestro entorno.
*Ex director general del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA)
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