Espacio de opinión de Tenerife Ahora
¡Hagan juego, señoras y señores!
Lo sabemos, ya estamos en precampaña y asistimos impávidos a la sucesión de ocurrencias con las que los representantes políticos nos sorprenden día sí y día también con la finalidad de intentar captar votos de los indecisos o, mejor dicho, de los hartos, entre los que me incluyo. Algunas propuestas van desde los simples disparates hasta las que resultan divertidas, si no fuera porque se meten con las cosas de comer y a mí me enseñaron que con ésas no se juega.
La última, ni nueva ni original, se estaba haciendo esperar. Nueva Canarias (NC) propone una tasa turística para incrementar los presupuestos canarios en 2015. ¡Claro, hombre! Al turismo de Canarias le pasa como al que está en el lugar equivocado en el momento equivocado y se lleva la pedrada.
Me explico: si como consecuencia de las nefastas relaciones entre el Gobierno de Canarias y el del Estado que hemos sufrido en esta legislatura nos niegan al final el pan y la sal desde Madrid y nos recortan otros 200 millones de euros del presupuesto para 2015, ¡no pasa nada! Aquí está el turismo que lo aguanta todo y, por supuesto, también una tasa turística, que para eso hemos cerrado 2014 con cifras de lujo. Porque ya está bien de que esos codiciosos empresarios hoteleros se llenen los bolsillos sin dar nada a cambio (#modoirónicoON).
Lo que no parecen saber los representantes de NC esque, para empezar, los turistas no tienen obligación de venir a Canarias y aunquesomos un destino importante, competimos con muchos otros; cualquier incremento en precios no justificado juega en nuestra contra, ya quedependemos en casi un 70% de la turoperación y ésta gana más dinero en otros destinos con menores costes operativosque en el nuestro.
Entendemos que no se trata deproducir más ingresos del turismo, sino de gestionar mejor los que ya se generan, unos 1.500 millones al año, según Exceltur. Mucho nos tememos que otros 90 ó 100 millones de euros recaudados en el sector turístico no tendrían carácter finalista, sino engrosar un presupuesto cada vez menos productivo.
¿Alguien a estas alturas no cree que si las relaciones Canarias–Estado hubieran sido otras no estaríamos siendo maltratados como lo hemos sido en toda esta legislatura?¿No esextraño que no tengamos dotación para planes de empleo con un 30% de paro, ni parainfraestructuras o carreteras, siendo un elemento estratégico para la construcción y articulación de una economía regional?
Creo que la ciudadanía debería saber cuánto nos ha costado económicamente la campaña en contra de las prospecciones en Canarias y en términos de coste de oportunidad si ese dinero se hubiera invertido productivamente.
Pagamos también en Canarias el precio de no tener ni voz ni voto en el proceso de venta del 49% de AENA, una compañía rentable y estratégica para los intereses canarios y su principalsector productivo: el turismo. Menciónaparte merece la forma en que se ha realizadoel proceso y quiénes han sido los invitados al mismo. Estoy seguro de que, en otro contexto, la reivindicación de participar en la gestión de los aeropuertos canarios en alusión a nuestro Estatuto de Autonomía hubiera sido atendida de otra forma y no con el desplante o la negativa mostrada.
He dejado para el final dos ocurrencias sobre las que ya nos hemos pronunciado. La primera, la desregulación que algunos pretenden del alquiler vacacional, estableciendo unas condiciones muy laxas para que prácticamente todo lo que existe y quiera venir sea susceptible de convertirse en una vivienda turística. Y ya hemos dicho hasta la saciedad que eso es una temeridad: los sectores económicos necesitan límites y normas que los regulen en beneficio del interés general.
La segunda, la pretendida fijación de plantillas mínimas en las empresas hoteleras. Si un empresario cumple con las normas en materia de seguridad y salud laboral, el cómo organice el trabajo en su empresa es asunto suyo; contratará al personal que necesite y no a más, pues pondría en peligro la viabilidad de su negocio.
Ashotel está para defender la legalidad y el cumplimiento de las normas de aplicación ennuestro sector y así lo hemos venido haciendo desde el principio. Sorprende, sin embargo, que se quiera regular el empleo en un sector privado, mientras que en el ámbito público, especialmente en sanidad y educación, la falta de personal y recursos es evidente, pero ahí parece que no toca hablar de plantillas mínimas. Curioso, ¿no les parece?
En fin, supongo que algunas de estas ocurrencias pasarán al recuerdo a partir del 24 de mayo pues, como dijo Homero el Grande, “sic transit gloria mundi” (toda gloria terrenal es pasajera).
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