Una tromba de agua tira abajo una puerta y cruza el Instituto de Güímar
Las lluvias que cayeron intensamente este miércoles durante varias horas en el municipio de Güímar, en Tenerife, afectaron a dos centros educativos que se hallan en la misma zona: el Colegio Julián Zafra Moreno y el IES de Güímar, que se encuentran en una zona de pendiente, uno pegado junto al otro e incluso comparten algunos espacios.
El más afectado por las lluvias que se produjeron sobre las 13:00 horas del miércoles fue el Instituto, donde una tromba de agua que corría por la pendiente tiró abajo la puerta posterior del centro para adentrarse en el inmueble y salir al exterior por la puerta delantera.
Según explica el director del Instituto, José María García Linares, fue sobre las 13:45 horas -ya en el último turno- cuando la tromba de agua entró en el centro e inundo alguna dependencia, como la secretaría, donde el agua alcanzó un nivel de medio metro, que fue achicada después por los bomberos.
García Linares advierte de que no es la primera vez que ocurre una situación así y teme que se produzca de nuevo cuando llueva de forma intensa. Subraya que “no es culpa de la lluvia, sino de la falta de canalización de las aguas” en una pendiente de lo que “antiguamente era un barranco”. Indica que en otras ocasiones el agua ha arrastrado piedras y barro pero afortunadamente esta vez no ha sido así.
Señaló, además, que el Instituto ha presentado varios informes al Ayuntamiento de Güímar para que este tome cartas en el asunto y ponga remedio a esta situación. Se trata, dijo, de que el Ayuntamiento o el Cabildo -a través del Consejo Insular de Aguas- resuelvan la canalización de las aguas y las redirijan para que no terminen topando con el Instituto.
Con todo, el director del centro indica que el miércoles los alumnos no corrieron peligro “porque los mantuvimos en las aulas y en el salón de actos” hasta tanto se resolviera la situación.
Por su parte, el colegio contiguo, Julián Zafra Moreno, se vio afectado ese día por goteras y acumulación de agua pues los sumideros no tenían suficiente fuerza para el desagüe del agua.