Diez años sin Pendón ni porrazos

La protesta de 2006 supuso una vuelta tímida a 2003, si bien en 2007 el Pendón volvió a ser retirado.

Domingo Ramos

La Laguna —

Es frecuente que en algunos colectivos del centro de La Laguna surja la voluntad –que después acaba resultando infructuosa– de darle fuerza a la festividad del patrón San Cristóbal, que este domingo volvió a celebrarse con más pena que gloria, reducida a una procesión que recorrió una ciudad desierta. Cuando esto sucede, en los comentarios de los días posteriores entre los habituales del casco (como pasará este lunes) es frecuente que alguien bromee: “Pues que vuelvan a sacar el Pendón; así seguro que consiguen más público”. La repetida ocurrencia tiene que ver con las protestas que en 2002 y 2003 marcaron el 27 de julio lagunero y que generaron una intensa polémica más allá de la bronca callejera. Fue hace ya una década, en 2004 –salvando el lapso de 2006–, cuando se acabó con este estandarte en el día de la fundación de La Laguna. Y con los porrazos.

Aunque la historia de fondo es más complicada, y capitulada, de lo que parece, sus orígenes están en el momento en que el colectivo independentista Azarug decidió movilizarse al entender que este elemento estaba relacionado con la conquista (de ahí aquello de “Ningún pueblo celebra su derrota”, casi que la banda sonora de las recordadas manifestaciones). La escena se repitió en 2002 y 2003 en la procesión previa a la del santo, en la que el Pendón desfilaba desde el Ayuntamiento. En aquellos años, la organización independentista decidió hacer sendas sentadas (la de 2003, de casi un centenar de personas) en medio de la calle, respondidas por la policía arrastrando por el suelo a los movilizados y a golpe de porra. La tensión que se generaba era máxima. Para muchos, un espectáculo sin pagar entrada.

A continuación llegó el debate, los ríos de tinta y una calma temporal. Todo después de que en 2004 el Consistorio estableciese que el Pendón iba a dar paso a una bandera con el escudo de la ciudad. Tal decisión acabó con las protestas, pese a que fue contestada por un grupo de críticos con la medida, pero nada en comparación con los años anteriores. Y así hasta 2006, cuando el Pleno municipal cambió de parecer: el Pendón volvería a salir en San Cristóbal y el día del Cristo de La Laguna. Entre otras razones, detrás de la medida estaba un informe que establecía que el estandarte había sido concedido a la ciudad por Juana la Loca y que no tenía ninguna conexión con la conquista. Y se volvió a armar: pancartas, tricolores, cánticos y, en aquella edición, un despliegue espectacular de la policía.

En 2007, un nuevo acuerdo plenario –en sesión extraordinaria– determinó que el Pendón dejaría de salir en San Cristóbal y que se mantendría el 14 de septiembre, una fecha en la que Azarug nunca llegó a protestar. Y aquel asunto tan lagunero y controvertido, así como la festividad de San Cristóbal, se fueron apagando. Tanto, que una década después ya no sale ni la bandera que iba a ser la solución del medio, y pocos parecen conocer el porqué.

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