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CRÍTICA DE CINE

Evitando lo previsible

Fotograma de 'Déjame salir'

Fer D. Padilla

Santa Cruz de Tenerife —

- Título: Déjame salir (Get out), 2017

- Dirección: Jordan Peele

- Guión: Jordan Peele

- Reparto: Daniel Kaluuya, Allison Williams, Catherine Keener, Bradley Whitford, Betty Gabriel, Caleb Landry Jones

Nos enfrentamos este fin de semana a una propuesta muy interesante: el primer largometraje del cómico, actor, guionista y director estadounidense Jordan Peele, Déjame salir. En principio diremos que es un trabajo bastante diferente de lo acostumbrado. Una película así solo tiene dos posibilidades: convertirse en un éxito o unirse a un selecto grupo de producciones incomprendidas.

Déjame salir es una historia de miedo. O partimos con esa idea. El miedo que siente una parte muy importante de la población estadounidense de raza negra a la violencia racial, a conflictos sociales que nunca se han querido resolver. Es el enfoque de este tema el que construye la historia. Su crítica y su carga creativa la hacen justa valedora de su visionado.

El problema es que Déjame salir también es una comedia. Y una muy agradecida, ya que mucha de la tensión de su historia se libera de un modo completamente compensado. Sin golpes de grandísimo histrionismo pero siendo fácilmente reconocible esa vía de escape. El punto justo sin rallar en lo obvio. Algo difícil de lograr en lo que, recordemos, es el primer trabajo de Peele.

Sin embargo, Déjame salir… también es una película de ciencia-ficción. Como leen. He ahí el principal factor de su potencial incomprensión, como ya ocurriera con la cinta de intriga psicológica La caja (Richard Kelly, 2009), por citar un ejemplo. No diremos más, por razones obvias, pero, por muy extraña combinación que resulte ser este maremágnum de géneros, todos sus hilos acaban convergiendo en una muy decente, original y satírica película.

O en un mar de incoherencias, críticas edulcoradas y fantasías conspiranoicas propias de una mente extremadamente divagante. Cualquiera de las dos opciones es acertada. Es el problema de mezclar demasiado. Los experimentos suelen encantar o disgustar. Con esta película no se es menos, porque es imposible reconocer si el resultado es pretendido o accidental.

En el primer caso, querremos saber más de la faceta de director y guionista de este neoyorquino, quien en esta producción ya nos regala momentos bastante interesantes entre su protagonista, Daniel Kaluuya (Sicario, 2016), la madre de familia y psiquiatra, Missy (Catherine Keener) y la asistenta, Georgina (Betty Gabriel). Un trabajo impresionante el que realizan siempre estas dos actrices.

En esta ocasión nos decantamos por aprobar esta película, por su atrevimiento, por ser una historia necesaria en cualquiera de sus vertientes y por la valentía y el talento que ha tenido este director tanto detrás de la cámara, aportando originalidad, como escribiendo. Si a eso le sumamos un interesante reparto, sin duda tenemos ante nosotros la propuesta de la semana.

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