Por qué no puedes perderte la lluvia de estrellas de diciembre
La lluvia de estrellas más intensa del año alumbrará los cielos de Canarias los próximos 12 y 13 de diciembre. El paso de las Gemínidas podrá disfrutarse desde el sofá de casa a través de la retransmisión en directo ofrecida por Sky-Live.TV desde los observatorios del Teide en Tenerife y del Roque de los Muchachos en La Palma. Además, este año la ausencia de la Luna facilitará la visión de estos meteoros.
A lo largo de la última década, las Gemínidas siempre han despedido el año superando los 100 meteoros por hora (ZHR, tasas horarias cenitales) y colocándose en el primer puesto del ranking anual de lluvias de estrellas, junto con las Perseidas y las Cuadrántidas. Así lo confirmaba el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en un comunicado. Como cada año, las Gemínidas mostrarán su pico de actividad a mediados de diciembre. Para el año 2020, la actividad de las Gemínidas se producirá entre el 4 y el 17 de diciembre. El máximo se espera a las 00:50 UT del 14 de diciembre, por lo que las noches del 12 y 13 de diciembre serán las mejores para observar la lluvia de estrellas.
Cómo observar las Gemínidas 2020
Este año la Luna nueva permitirá disfrutar mucho más de la lluvia de estrellas puesto que, gracias a su poca exposición en esos días, el cielo estará más oscuro que de costumbre. Aún así es importante armarse de paciencia para poder disfrutar de una buena lluvia de estrellas. De esta manera, las recomendaciones del IAC para poder apreciar el paso de las Gemínidas apuntan que es importante situarse en un lugar alejado de la contaminación lumínica producida por el alumbrado público o los vehículos. Sería ideal encontrar un lugar oscuro y con un horizonte despejado en el que poder tumbarse en el suelo y mantener la mirada fija en una zona del cielo.
Una lluvia de estrellas eclipsada
La lluvia de estrellas se podrá disfrutar en ambos Hemisferios de la Tierra, sin embargo, el paso de las Gemínidas coincide con un eclipse total de Sol que se producirá la madrugada del 14 de diciembre y que podrá observarse con claridad en franjas específicas entre los territorios de Chile y Argentina.
Superconjunción de Júpiter y Saturno
El 21 de diciembre Júpiter y Saturno alcanzarán la distancia mínima entre ellos, tras varios meses acercándose. “La distancia aparente entre Júpiter y Saturno llegará a ser tan pequeña como 1/10 de grado, o lo que es lo mismo, 6 minutos de arco, 1/5 del diámetro promedio del Sol o la Luna”, explica Alfred Rosenberg, astrofísico divulgador del IAC. Y añade: “De hecho, su distancia será tan pequeña, que podrán ser observados al mismo tiempo a través de un telescopio, distinguiendo las bandas de Júpiter, los anillos de Saturno y algunos de sus satélites. La distancia real entre ambos planetas será, no obstante, aproximadamente, cinco veces mayor que la distancia de la Tierra al Sol”.
Es fácil disfrutar de este evento a simple vista, prestando atención al cielo cada día tras la puesta de Sol, ya que en pocas horas desaparecerán, aproximadamente.
Con el fin de facilitar y canalizar las actividades con motivo de este evento, la Federación de Asociaciones Astronómicas de España, en colaboración con Europlanet Society - Spain & Portugal regional Hub, la Sociedad Española de Astronomía, Astronomers Without Borders, The IAU Office for Astronomy Outreach y la Unión Astronómica Internacional (IAU), recoge en su web algunos de los observatorios, astrónomos amateurs y universidades que se han organizado para ofrecer medios, realizar actuaciones, incluida la divulgación, y fomentar la participación en la observación de este “Encuentro de gigantes”.
Hijas de un asteroide
Las estrellas fugaces son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños (entre fracciones de milímetros hasta centímetros de diámetro) que van dejando los cometas -o asteroides- a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol, debido al “deshielo” producido por el calor solar. La nube de partículas resultante (llamados meteoroides) se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por la Tierra en su órbita alrededor del Sol. Durante este encuentro, los meteoroides se calientan, principalmente por rozamiento al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, vaporizándose parcial o completamente, creando los conocidos trazos luminosos o estrellas fugaces que reciben el nombre científico de meteoros. Aquellos meteoros de mayor tamaño y que sobrevivan al rozamiento atmosférico podrían impactar con la superficie terrestre convirtiéndose en meteoritos.
Aunque normalmente los progenitores de las lluvias de estrellas son cometas, en el caso de las Gemínidas no. Un pequeño cuerpo celeste -el asteroide (3200) Faetón- es el presunto progenitor de las Gemínidas desde 1983, siendo un misterio para los astrónomos. El equipo dirigido por Dave Jewitt (UCLA), ayudado por las sondas STEREO, de NASA - nuestros ojos en el Sol para “cazar” asteroides y cometas en su aproximación a la estrella- se dio cuenta, en 2010, que Faetón experimentaba un aumento de intensidad en su brillo. Se trataba de algo nuevo que dieron en llamar “cometa rocoso”
¿Un híbrido entre asteroide y cometa? El IAC lo clasifica como “un curioso” asteroide que se acerca tanto al Sol -lo hace cada 1.4 años, de manera similar a como lo haría un cometa- que el calor emitido por nuestra estrella “quema” los residuos de polvo que cubren la superficie rocosa y forma así una especie de “cola de grava”. Javier Licandro (IAC) comenta: “(3200) Faetón, con cuatro o cinco kilómetros de diámetro, es un destructor total. Si chocara con la Tierra, produciría una catástrofe a nivel global que acabaría con especies, incluida probablemente la nuestra. Aun así, Faetón es un riesgo menor en la lista de los cuerpos potencialmente peligrosos. No obstante, tenemos que controlarlo porque las órbitas de estos pequeños asteroides que pasan tan cerca de la Tierra están afectadas por muchos efectos que pueden hacer que, en un futuro, la órbita pudiera derivar en una órbita de colisión”.
Esta lluvia, una de las más atractivas para muchos investigadores, fue observada por vez primera en 1862.
“Desde el año 2012 seguimos puntualmente a las Gemínidas desde el Observatorio del Teide y siempre nos han ofrecido un gran espectáculo. Este año, sin Luna, nadie debería perderse la lluvia. Deberemos esperar a media noche para presenciar el momento de máxima actividad. Las Gemínidas, a diferencia de las Perseidas, son meteoros lentos y, por tanto, es más sencillo ‘cazarlos’. A pesar del frío, siempre debemos estar preparados para observar las Gemínidas, os aseguro que no os defraudarán”, comenta Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias.
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