ANÁLISIS
La censura en Güímar colocará al PP con su mayor cuota de poder local en Tenerife

María Luisa Castro, y el presidente del PP en Canarias, Manuel Domínguez.

Álvaro Morales

0

Durante mucho tiempo, la Alianza Popular que se inventó Fraga tras una gran inversión en cosméticos, que le convirtieron, junto a los otros seis ministros franquistas fundadores, en demócrata de toda la vida casi de un día para otro, no se comió un rosco en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y, en especial, en la Isla Picuda. La UCD de Suárez ganó con claridad las dos primeras elecciones generales (1977 y 1979) en estas cuatro islas y, en las locales de 1979, el poder tampoco sonrió a los conservadores menos acomplejados de su pasado, con la excepción de una Fuerza Nueva prácticamente residual. En esos primeros comicios municipales, se repartieron la mayoría de alcaldías y las presidencias insulares la llamada coalición centrista (trufada también de franquistas o, al menos, de gente que se opuso poco al régimen, pero bueno… ya eran centristas), el PSOE y alguna fuerza “ni de izquierdas ni de derechas”, como le gustaba decir a Isaac Valencia (AIO, luego, ATI-AIC y, después, CC) en municipios como La Orotava, Arafo (con el ínclito franquista Domingo Calzadilla), Santa Úrsula (con AISU y Fernando Luis, desde 1964 en el sillón), El Rosario o La Victoria, entre otros.

Todo cambió en octubre del 82 con el arrollador triunfo de Felipe González y, en las locales del 83, los socialistas extendieron su reciente poder por la provincia tinerfeña, con la ex UCD disfrazada desde entonces de ATI-AIC (luego CC) y con políticos “centristas” ya para la historia (pues está claro que han tenido su peso en la autonomía canaria) reconvertidos de convencidos suaristas en insularistas y, luego, en regionalistas, como Manuel Hermoso, Adán Martín, Ana Oramas (los tres en Santa Cruz con UCD), Paulino Rivero (lo mismo, pero en El Sauzal)… La AP apenas rascó bola en aquellos años 80 de “felipistas” y “áticos”, con alguna excepción, como la Alcaldía de Guía de Isora de 1983 a 1987 como Coalición Popular o del pequeño municipio norteño de El Tanque en ese mismo mandato.

Este panorama se mantuvo para la derecha española en Tenerife y el resto de la provincia pese a su conversión en PP de 1989. De hecho, y aunque cogobierna en Canarias con el pacto de centroderecha de 1987 al 91 (cuestión de confianza perdida por Fernando Fernández –CDS- incluida), y lo vuelve a hacer de 1993 (censura al socialista Saavedra) hasta 2011 (cuando Paulino Rluisiivero ya había roto con Soria y se asienta en el PSOE de José Miguel Pérez), no es justamente hasta ese año 2011 cuando los populares empiezan a asomar la cabeza con alguna Alcaldía importante en la Isla del Teide, salvo la de Güímar de 1996 a 1999 con Vicenta Díaz tras una censura al PSOE. Y lo hacen, además, con el actual vicepresidente regional, Manuel Domínguez, tras una espectacular victoria por mayoría absoluta (11) en Los Realejos, otrora feudo histórico del PSOE (de 1979 a 2003) y tras pasar de los dos ediles de 2003 (yendo de segundo de Sebastián Ledesma y cogobernar con la CC de Oswaldo Amaro) a los 6 de 2007, ya con él de candidato, lo que hizo que nacionalistas y socialistas pactaran en su contra para intentar apagar su rutilante estrella, lo que está claro que les salió precisamente al revés, pues el PP realejero sólo ha crecido después y ha repetido varias veces 15 ediles de 21, la última vez ya con Adolfo González y con más porcentaje de voto que con Domínguez, para sorpresa de muchos, de un PSOE local noqueado y de una izquierda alternativa más desunida que nunca.

Los Realejos como botón de muestra de la gestión conservadora

Los Realejos se convirtió, por tanto, en referente de cómo lo podía hacer el PP en alcaldías relevantes y, en 2015, el suelo sociológico que le había arrebatado a CC en ese municipio se transformó también en el Puerto de la Cruz, donde Lope Afonso, actual vicepresidente del Cabildo de Tenerife, volteó el voto conservador, llegó a 7 ediles y dejó a CC en 4, aunque el que ganó en votos fue Marco González (PSOE, con 7 representantes). Hasta entonces, el tope del PP en la principal ciudad del Norte de Tenerife eran las 6 actas de 1995 con Antonio Castro de candidato (hijo de alcalde franquista), aunque, en un error garrafal, le dio la Alcaldía a Marcos Brito –edil en la dictadura, alcalde antes de la democracia, referente de ATI y, luego, en CC. Desde entonces, el PP siempre ha estado por delante de CC, que tiene ahora 2 ediles, por 7 de los conservadores, 10 del PSOE y 2 de ACP.

Otro hito para el PP lo logró Emilio Navarro con su mayoría absoluta en Santiago del Teide en 2015, que ha renovado después, si bien la heredó de Juan Gorrín de 2011 a 2015, tras irse de CC por lo de la playa de Los Guíos. Asimismo, Antonio Hernández consiguió La Guancha (otro feudo socialista hasta 1999 y de CC hasta 2015) ese mismo 2015, aunque gracias a un pacto con el PSOE, roto en junio pasado tras la dimisión de Hernández y el voto de una edil del PP a favor de CC.

Sin embargo, la extensión del poder del PP en Tenerife se le siguió resistiendo por la fuerza sociológica en el espectro del centroderecha de CC. No obstante, todo cambió en 2023. El PP volvió al cogobierno regional de la mano de CC (y ASG, y AHI) e hizo lo propio en el Cabildo de Tenerife (junto a Rosa Dávila), pero dio un salto local. Fátima Lemes, por ejemplo, propició el primer bastón de mando de los conservadores nada menos que en el municipio turístico de Arona, el tercero en población de la Isla y motor económico del Sur junto a Adeje y Granadilla. Eso sí, su poder lo ha tenido que acabar asentando en Vox tras romper con Más por Arona en enero pasado, con CC reconvertida en “acompañante” o sostén en ambas etapas, muy lejos de aquellas mayorías absolutas de Berto (José Alberto González Reverón, condenado luego por corrupción por el caso Arona) en 2007 y 2011.

Además, el PP entró en el histórico gobierno de Guía de Isora tras los numerosos mandatos del socialista Pedro Martín (1995-2019) y de Josefa Mesa (2019-23). Lo hizo junto a Ana Dorta (CC), equipo gobernante, eso sí, que se tambalea ahora tras la marcha de dos ediles (uno de CC y otra del PP) a los no adscritos, aunque el PSOE sigue sin dar el paso de negociar a fondo o presentar una censura porque no tiene claro que fragüe, teme que alguien recule en el último momento y prefiere presentar una alternativa fuerte en 2027 salvo que una gestión que naufraga por todos lados llegue a tintes ya intolerables. Asimismo, el PP pactó con el PSOE en Arico y, de cumplirse el acuerdo, Andrés Martín será alcalde a finales de este año.

Movimientos que no gustaron a Domínguez en la toma de posesión de 2023

Eso sí, lo que ocurrió en la toma de posesión de junio de 2023 no gustó a los dirigentes populares en algunos sitios y, por ejemplo, abrieron expediente a los dos ediles de Granadilla que pactaron con la socialista Jénnifer Miranda para hacerla alcaldesa de este importante municipio sureño, aunque la derecha sumaba más ediles (CC, con 10, el PP, con 2 y Vox, con otros 2 frente a los 11 del PSOE). Pese a que muchos lo negaron y hasta se rieron, desde el principio el PP intentó revertir esta situación (el exalcalde nacionalista Domingo Regalado ejercía de asesor de Fernando Clavijo en Presidencia y no paró de mover hilos para ello hasta recuperar el mando el pasado marzo). Aunque Manuel Domínguez no consiguió convencer a la edil Bianca Cerbán, fiel al pacto con el PSOE, sí lo hizo con el candidato, Marcos Antonio Rodríguez, por mucho que amagase con lo contrario y perjurara poco antes que no rompería el acuerdo. Eso sí, la censura, que Canarias Ahora adelantó desde el 17 de agosto de 2024, necesitó del apoyo, de nuevo, de Vox, como en Arona, rompiendo una de las supuestas líneas rojas (más bien verde militar) de las que tanto habló Clavijo sobre los ‘extremos’ a izquierda (Podemos) y derecha (los de Abascal y similares).

Pero un día antes de que Canarias Ahora adelantase la intención y gestiones del PP para seguir extendiendo su poder en Granadilla, Güímar, Arico –si Todos Somos Arico se sumaba junto a CC, lo que finalmente rechazó por unanimidad en una asamblea en septiembre de 2024- y, con menos opciones, en Icod de los Vinos, Domínguez confirmó una sorpresa que casi aún no se cree. La Asamblea Ciudadana Portuense (ACP), un partido se supone a la izquierda de la socialdemocracia, estaba dispuesta a romper con el PSOE de Marco González (que se quedó a 12 votos de la mayoría absoluta) en el Puerto de la Cruz, pactar con el PP y CC y devolver la Alcaldía a los conservadores, ya en la figura del hermano de Lope Afonso, Leopoldo, pues al candidato en 2023, Ángel Montañés, lo “elevaron” a la Dirección General de Transición Ecológica. Eso fraguó en otra censura histórica contra los socialistas portuenses (tras la de 1995 contra Salvador García y la de 2009 en detrimento de Lola Padrón) e hizo que el PP ya pudiera codearse con el PSOE y CC con varias alcaldías de peso en la Isla: Arona, el Puerto, Los Realejos, Santiago del Teide…

Pero querían más y no dejaron de mirar hacia Granadilla para voltear la situación y darle a CC una Alcaldía clave, pero a cambio de intentar recuperar Güímar. Aunque CC ha tratado de convencer al alcalde güimarero, Gustavo Pérez, con algún puesto regional o insular importante para que rompiese con el PSOE, al final la ínclita Luisi Castro (para la historia quedan sus excursiones vecinales al Valle de los Caídos con dinero público) recuperará esta Alcaldía el próximo 12 de agosto gracias a un edil de NC y dos tránsfugas del PSOE, con los nacionalistas lamentando que se dé cuando “mejor” está el municipio, pero sin plantearse ningún contraataque (de momento).

Afrontarán las elecciones de 2027 con más poder que nunca en la Isla

Así, los conservadores sumarán un bastón de mando más y se situarán en una posición de poder local en Tenerife que nunca antes han tenido para las elecciones de 2027, incluso con la sorprendente pérdida de La Guancha tras una jugada del exalcalde que ya sólo se entiende por sus grandes diferencias con Lope Afonso y las muchas discrepancias que tuvo con administraciones superiores pese a estar su partido cogobernando. Y todo, con una CC que teme que los volteos sociológicos que han sufrido en Los Realejos y el Puerto de la Cruz (incluso en Santiago del Teide, donde también fueron hegemónicos antes) se extiendan o asienten en Arona y otros municipios, mientras el PSOE amaga pero no da en Guía de Isora, pese a estar a un edil de la mayoría absoluta y haber dos concejales no adscritos ahora. Un PSOE que, encima, ha sufrido gran parte de las últimas censuras en Tenerife desde hace ya bastantes mandatos, convirtiéndose así en la diana preferida de los cambios de gobierno entre elección y elección cada mayo, aunque prefiere presentarse como un partido de estabilidad que intenta evitar esos giros.

Más allá de la tajante decisión de Todos Somos Arico de no sumarse a CC y PP para devolver a la oposición a Olivia Delgado (PSOE), al PP sólo le ha fallado hasta ahora Icod, donde el joven Javier Sierra (Alternativa Icodense y ex del PSOE) se ha asentado con 8 ediles, los dos de su expartido y el ex de Cs que se presentó por CC, José Domingo Alonso, así como con un PP de Coromoto Yanes (ex de CC) muy distanciada de los nacionalistas, aunque le han ofrecido el Senado para intentar algo. Lejos queda aquella AP sin alcaldes de 1979 y siete ministros franquistas fundadores. Ahora, la Fuerza Nueva de entonces se tornó verde Vox y cogobierna como si tal cosa en Arona y Granadilla junto a una formación supuestamente nacionalista que debería detestar el centralismo y un PP que se ve con más poder que nunca en Tenerife y que afronta 2027 con una justificada ambición.

Etiquetas
stats