No ha tenido la más mínima compasión Pepa Luzardo, alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, con Rafael Santana Quílez, concejal de su máxima confianza cuando empezó el actual mandato en 2003 y un postergado en estos últimos meses de 2005. Cayó en desgracia antes del verano por haber abierto un expediente a Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), sector Castanedo-Ambiental, al parecer por un quítame allá unos pequeños incumplimientos consortes. Entonces le quitó Pepa al pobre Rafa todas las competencias serias y le dejó alguna cosilla para que no perdiera el sueldo. Ahora ni eso, fuera de aquí, traidor, porque además de expedientar a Angelito te has atrevido a contárselo todo a Interviú, le dijo más o menos en chino.