Mejor hacer las necesidades antes de entrar

Hay tanta expectación en torno al juicio sobre la muerte de Iván Robaina, que quien se levante para ir al baño corre el riesgo cierto de no volver a entrar en la sala. La Audiencia Provincial se ha quedado chica ante la masiva afluencia de público, que incluso ha seguido esta segunda jornada de pie, al fondo de la sala. Hubo un momento en el que el juez, ante el calor sofocante de tanta humanidad reunida en un mismo habitáculo, dio instrucciones de no dejar entrar a nadie más. Y quien tuviera una urgencia, como no fuera miembro del jurado, pues tenía que elegir entre aliviarse o perderse in situ el resto de las declaraciones. El juicio ha tenido también al gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias más sofocado de lo habitual, sobre todo en el modo de repartir los tiempos para captar imágenes. Al final, los gráficos pueden trabajar una hora por la mañana y media por la tarde para seguir un caso que tiene a media ciudadanía en vilo.