Jamás en la historia reciente de Canarias había habido tan buen entendimiento entre la Consejería de Educación y los profesionales de la enseñanza, ni un inicio de curso tan pacífico, pese al peor escenario económico que se recuerda. Una imposición del Estado ha conseguido quebrar esa paz que tanto ansiaba la comunidad educativa. Si el STEC buscaba un conflicto ya lo tiene: se lo ha proporcionado el PP, que debe estar frotándose las manos.