La rueda de prensa de los tres parlamentarios del PP fue apoteósica, no sólo porque no consiguieron llevarse de calle la audiencia (en el Congreso había un ambientazo del quince) sino también porque, en la búsqueda del titular llamativo, esa tiranía a la que se someten cada día los políticos de nada que ven un plumilla, llegaron a traicionar sus propios principios. Así, Javier Sánchez Simón se tiró en plancha a advertir de que la existencia de “partidas innominadas” de los distintos ministerios en los presupuestos “son un mecanismo que genera corrupción” por lo que lo deseable es su adscripción a un proyecto concreto. Bingo. Estamos hablando del mismo senador que hasta hace poco era diputado en Canarias y que ha votado favorablemente presupuestos opacos, llenos de partidas innominadas, como ha hecho su partido los últimos diez años. Luego, debemos entender, que cuando habla con tanta autoridad de presupuestos y corrupción es porque lo sabe de buena fuente.