La guinda a tantos desaguisados en la política turística de Canarias la ha puesto Rita Martín a la hora de convocar a reuniones al más alto nivel -incluso con el presidente Rivero- a los presidentes y directivos de los principales touroperadores europeos. Algunos de ellos no se han ocultado lo más mínimo para quejarse de lo que consideran un mal trato por parte de la consejera de Turismo, que les escribe en castellano para convocarles a unas reuniones de las que no remite ni siquiera un básico orden del día. Se trata de personas en cuya mano está la decisión de enviar a Canarias a centenares de miles de turistas o aconsejarles cualquier otro destino donde los rectores turísticos utilicen la cortesía y los más elementales modales de negociación política como primera tarjeta de presentación de lo que quieren mostrar a sus visitantes.