Se ha armado una buena con el regreso al taca-taca y el micro mitinero de Alfonso Guerra, azote de la derecha y de los socialistas enemigos suyos (numerosos, por cierto). Su dedicatoria al nuevo candidato a presidente del Gobierno de España por el PP a título de secretario general del partido, Mariano Rajoy, no ha podido ser más pintoresca. Por si no se han enterado todavía, en un mitin dominguero le llamó “mariposón”, con la explicación añadida de que ha sido un político que ha ido mariposeando de flor en flor, esto es, de ministerio en ministerio, de cargo en cargo. Los malpensados, que de todo hay, se pusieron enseguida a buscarle segundas intenciones, quizá porque en sus enfermizas mentes pensaron que Guerra trataba de señalar a Rajoy como morador de armario con puerta cerrada desde adentro. No lo entendimos así los que todavía estamos a la espera de que el presidente del PP canario, José Manuel Soria, pida públicamente disculpas al dirigente socialista Jerónimo Saavedra, del que un día dijo en público que perdía aceite. Saavedra sí ha salido del armario, pero la ofensa sigue siendo ofensa.