Pero, además de la constatación de que escasean las neuronas, de tanto pensar se han olvidado de que al incrementarse tanto el presupuesto (mucho más del 20% que marca la ley) es necesario acudir a un nuevo concurso público. Ellos no, ellos que son así han decidido que para una mayor economía de costes le endilgan el proyecto y las perras al mismo adjudicatario y aquí paz y en Moya suspiros. Suponemos que ninguno se ha puesto a discernir si va a resultar más rentable contratar a un catering que hacer esta inversión y luego el correspondiente mantenimiento de personal, instalaciones y el transporte hacia todos los centros de la Corporación. Mucho cerebro desperdiciado, nos tememos, que salta de partido en partido sin que nadie le reconozca tanta brillantez acumulada.