Siempre hemos sentido admiración por Jorge Rodríguez, el portavoz del PP, generalmente alicatado hasta el techo. De él siempre nos ha llamado la atención la contundencia a la hora de exponer sus argumentos, por mucho que éstos carezcan en ocasiones del necesario respaldo veraz. Su último envite ha estado dirigido a los alcaldes de ATI y al Gobierno de Madrid para justificar el desastre de la crisis eléctrica del paso de Delta. A los primeros culpa de no dejar a Unelco “desarrollar sus inversiones”, y al segundo, de no aprobar el Plan Energético de Canarias (Pecan). Sacamos tarjeta amarilla al señor Rodríguez porque ambas cosas son un disparate: fue su compañero de filas Luis Soria quien paralizó el Pecan y sus inversiones, y no Madrid ni los alcaldes de ATI, a algunos de los cuales el PP apoya con frenesí en importantes ayuntamientos tinerfeños.