Se desconoce si los altos niveles de boro aparecieron en el agua de Las Palmas de Gran Canaria hace tiempo, concretamente desde que se pusieran en marcha los polémicos módulos de desalación instalados por Isolux tras aquella churrigueresca adjudicación que promovió Pepa Luzardo en agosto de 2003 nada más hacerse cargo de la alcaldía de la ciudad. Lo que está confirmado es que la consejera de Sanidad, Mercedes Roldós, del PP, comunicó oficialmente a Saavedra este mismo viernes que la concentración es ahora suficientemente elevada como para recomendar que el agua del chorro no se utilice para cocinar o beber. Tras recibir la noticia, el alcalde convocó a la portavoz del PP, Pepa Luzardo, para informarle del asunto y pedirle lo mismo que pidió a los directores de periódicos: mesura y prudencia en la gestión de un asunto que pudiera generar alarma entre la ciudadanía. Pero Pepa ya lo sabía, la había telefoneado el director del Servicio Canario de Salud, Guillermo Martinón, compañerito del partido.