No crean ustedes que por adentrarse en las procelosas aguas del portorriqueñismo, a don Pepito se le olvidaron este martes sus persecuciones. Qué va. Lo hizo desde el primer párrafo, pero ya tratando de implicar en su empeño a otras fuerzas vivas de Tenerife, por ejemplo a la patronal Fepeco, a la que reclamó que “hable claro para echar a quienes han arruinado a esta tierra, empezando por Paulino Rivero y su esposa, que son los principales responsables de esta catástrofe”. Qué manía involucionista, oye. Volviendo a su recién estrenada perreta con el Estado libre asociado, es de destacar que el editorialista independentista (independentista dependiente de Marruecos, claro) destaca del vecino país que “está a la cabeza de la civilización en el mundo actual, y prácticamente pertenece al occidente europeo, aunque esté en África. Se alarmarán algunos ante la posibilidad de unirnos a un país que no es europeo, pero la realidad es que no somos europeos”. Vaya, con razón ese desapego, es que no somos europeos, sino marroquíes. Y pensar que sólo hace cuatro días se mofaba el editorialista de la imagen de Rivero con chilaba en su visita oficial a Rabat. Y la guinda: gracias a esa fórmula de asociación portorriqueña podremos explotar el petróleo sin problemas con la mediana. “Con Marruecos (...) conseguimos un estado soberano, nuestras aguas y el disfrute de nuestros recursos, nuestra constitución y nuestra justicia. Algo que debemos pensar muy bien, porque lo inadmisible es seguir siendo una vil y vergonzosa colonia española. O marroquíes que tienen derecho preferente porque estamos en sus aguas jurisdiccionales territoriales”. Quedamos a la espera del siguiente desbarre.