El otro gran escándalo que tiene al Gobierno de Adán Martín absolutamente electrizado es el del gas. José Carlos Mauricio y José Manuel Soria (más el primero que el segundo) hacen y deshacen a su antojo sin que el presidente tenga vela en el entierro. Con la excusa de poner ese negocio estratégico en manos de empresarios isleños, Mauricio se ha dedicado a elegir a los inversores, saltándose cualquier tipo de prescripción legal, incumpliendo un acuerdo firmado por su presidente y, lo que es peor, generando una inseguridad jurídica y una imagen de república bananera de la que es directo responsable el presidente de la Comunidad Autónoma. En torno al gas se mueven ya, y se moverán en el futuro, cientos de millones de euros sólo en comisiones (legales e ilegales), lo que no significa que estemos diciendo quiénes las están cobrando. Pero apunten.