La trapisonda tiene muchos cabos sueltos, pero lo que queda claro es que hay una operación urbanística con claro fin lucrativo. Aunque Hecansa-Promotur tiene la obligación de pujar en la subasta municipal para hacerse con los locales de Woermann, nada le obliga a ganar la subasta porque sólo ha de presentarse con la puja de salida. Pero gracias al convenio, se va para casita con el solar de Tafira convertido en residencial. A continuación, basta con subastarlo, concursarlo o negociarlo para obtener unos beneficios que sirvan para sanear esa sociedad. Y lo que se tercie. Pero si cometiera el desmelenamiento de pujar de verdad para quedarse con los locales de Woermann, el Ayuntamiento ganaría dos veces, por esa venta y por la que a continuación genere gracias al solar de Tafira, más el 10% de aprovechamiento medio que ordena la ley. Ganaría más el Ayuntamiento en esta segunda fórmula, pero fíjense que en ambos casos siempre ganará un empresario promotor de los dúplex.