Tiene un papelón Ricardo Melchior, y no precisamente en ATI ni por los inmigrantes que ha de tener que asumir en una hasta ahora inédita solidaridad tinerfeña. El problema del presidente del Cabildo de Tenerife tiene su epicentro en la avenida de Buenos Aires, concretamente en el periódico El Día, donde todavía mueve sus hilos, y los de media isla, el inigualable José Rodríguez, el director-editor del diario que más y mejor defiende las esencias del chicharrerismo. Él y su hombre de confianza de muchos años, autor de los editoriales más incendiarios que se recuerdan en la historia del periodismo, Ricardo Acirón, están enfadados por un quítame allá esa distinción del Cabildo. Como lo leen. Resulta que la primera Corporación insular ha querido distinguir a Ricardo Acirón nombrándolo Hijo Adoptivo de Tenerife (es peninsular), noticia que a don José supo a cuerno quemado nada más conocerla. Considera el director de El Día que su Medalla de Oro de la isla, con la que fue distinguido hace unos años, es de rango inferior en el cuadro de honores al nombramiento de Acirón. Así que, ni corto ni perezoso, don José se ha dirigido a Ricardo Melchior para pedirle que arregle el entuerto, a lo que el presidente le ha contestado que difícil tiene designar hijo adoptivo a alguien que ha nacido en la isla. Total, que como Don Pepito no quiere nacionalizarse canarión -por ejemplo- para obtener el mismo mérito que su segundo, las relaciones se han roto y Ricardo Acirón se jubila anticipadamente. Dicen los expertos en política laboral que se marcha en diciembre para su casa con el sueldo completo.