Es muy complicado el movimiento de intereses, recelos, protagonismos, disputadas, dimes, diretes e insularismos que se da en torno a la profesión de arquitecto en Canarias. La marcada presencia de la política en Santa Cruz de Tenerife explica muchas de las cosas que ocurren en esa demarcación provincial, y hasta el terror que muchos profesionales tienen a enfrentarse al poder establecido, cuyos tentáculos llegan a todas partes. El Colegio de Arquitectos no iba a ser ajeno, y por eso a Virgilio Gutiérrez se le encuadra en el sector más X de ATI, el de Dulce Xerach y su muy arquitectónica influencia. En Gran Canaria, las tensiones vienen dadas por la Escuela de Arquitectura, donde también el decano tiene su mano, no se vayan a creer.