Lo ocurrido este martes en Telde no ha cogido por sorpresa a todo el mundo, por mucho que el tamaño de las acciones policiales y judiciales hayan causado una auténtica conmoción. Lo veníamos advirtiendo, a veces en chino y otras en castellano: todos los miembros del grupo de gobierno van a resultar imputados de alguna manera en el actual mandato. Y se pusieron hechos un basilisco; y mandaron a la emisora asesina a vaciar el cargador contra nosotros, y hasta algún técnico municipal dijo que estábamos comprados por el oro de Moscú. Así las cosas, ustedes se preguntarán qué pasa con Guillermo Reyes, que todavía resiste como un jabato. Nada nuevo queremos ni debemos añadir a lo ya dicho, pero tengan ustedes en cuenta que las investigaciones no tienen por qué ceñirse estrictamente a Faycán, ni al mismo juzgado, ni al mismo árbol de indagaciones. Puede llegar al urbanismo, puede pasearse por Jinámar, por San Rafael por el drago y hasta por algún centro al que habrían de acudir los participantes en la carrera popular que este martes presentó el alcalde Reyes (caramba, cómo suena). Y de Mena, ¿qué quieren que les digamos del jefe de la oficina urbanística de la ciudad de Telde? Pues que ha perdido gloriosas oportunidades de callar y ser prudente.