Es una pena que Paulino Rivero pretenda incluirla en la remodelación de su Gobierno, aprovechando que la soberanía pasa por Génova, porque sin Rita Martín, ¿qué va a ser de esta sección en tantos momentos en que es mejor reír que llorar ante este Ejecutivo que padecemos? Analicemos -lo dicho- eso del congojo. Ella quería decir congoja, que es estado de ánimo apesadumbrado y afligido, pero le salió congojo, que es anhelo, deseo vehemente por conseguir o hacer algo. Debemos descartar que a la consejera de Turismo le asalten irrefrenables deseos de cualquier cosa cuando se entera de un incidente serio en el aeropuerto de Lanzarote, que es lo que dice que le impresionó. Más nos inclinamos a pensar que le aflige tanto el asunto que se levanta por las mañanas con “lo que es un dolor de estómago”. Aunque casi estamos por recomendarle que cene menos, que a lo mejor es el emboste lo que le está provocando ese congojo y ese mal despertar. O un Almax, que también puede funcionar.