Una tele que se vea. Ese fue el loable propósito con el que en 2007 se inauguró la actual etapa de la Televisión Canaria que ahora termina. El flamante nuevo director general cautivó a propios y extraños en su toma de posesión y prometió a la concurrencia que haría una televisión de calidad con audiencia, que de nada vale esforzarse mucho si nadie te ve. Pues desgraciadamente, Guillermo García no ha conseguido ni lo uno ni lo otro. De la calidad nada decimos porque se trata de una cuestión puramente opinable, pero ahí están tantos y tantos homenajes a la zafiedad, tantas y tantas concesiones al populismo. La audiencia, sin embargo, es un dato incuestionable, y todo hace indicar que desde abril de 2010, la televisión pública de Canarias no levanta cabeza. Este último sábado, sin ir más lejos, la Canaria fue superada por TVE, Telecinco, Antena 3, La Sexta y Cuatro. Apenas rebasó el 4% de audiencia media, alcanzando límites verdaderamente bochornosos durante la emisión de superproducciones como el programa de Andrés Chaves, de 300.000 euros, que se hundió hasta un uno y pico de media. Pero el mes no va muy bien porque se sitúa por debajo del 7,8%, uno de los peores registros de la historia, en una secuencia que se inicia en diciembre pasado, la última vez que se superaron los dos dígitos. En enero, nuestra tele que se ve fue superada por las públicas de Aragón, y an abril por la de Asturias, más más noveles. Las históricas, por supuesto, ni les contamos.