La Fiscalía pide siete años y medio de prisión a un policía local por darle una paliza a un vendedor ambulante en Gran Canaria

En la imagen, el vendedor ambulante (d) testifica en el juicio, en presencia de los acusados (estrados de la izquierda).

Efe.

Las Palmas de Gran Canaria —

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Este lunes ha comenzado el juicio en Las Palmas de Gran Canaria contra los dos policías locales de Mogán, Gilberto J.M.R. y Carlos Javier Hernández Ramírez, para quienes la Fiscalía y la acusación particular piden una condena de siete años y medio de prisión y 10 de inhabilitación por un delito de torturas y otro de lesiones tras dar una paliza a Sené M.M., un vendedor ambulante senegalés.

En la primera sesión del juicio, una testigo ha reconocido ante la Audiencia de Las Palmas que, aunque no se acuerda de los acusados “porque ha pasado mucho tiempo”, recuerda que le dio la paliza en el local llevaba una placa en el pecho y llegó a apuntar a la víctima con una pistola que guardó cuando otro trabajador le advirtió de que había cámaras.

Cuando el joven vendedor intentó huir, entró corriendo por el supermercado donde se encontraba la testigo y se resbaló cuando el policía que le estaba persiguiendo le puso una zancadilla. Una vez en el suelo, la observadora aseguró en esta primera sesión que “comenzó a darle patadas en el estómago, en la espalda y en la cara, momento en el que se percató de que llevaba botas altas y una placa de policía en el pecho”.

A pesar de que la testigo imploró al policía que dejara de pegar al joven, ya que este tenía sangre en una mano y en la cara, el policía arrastró a la víctima “como colgando” del establecimiento y fue cuando vio en la puerta al otro acusado, como afirma la testigo.

Por su parte, Sené M.M. ha contado que esa noche del 8 de enero de 2011estaba vendiendo collares en el centro comercial de Puerto Rico, al sur de la isla, cuando fue sorprendido por el acusado Gilberto J.M.R., que iba de paisano y, sin identificarse, lo cogió por la camisa. La víctima reconoce que salió corriendo por temor a que lo llevaran al “cuarto oscuro”, donde sabía que el día anterior habían pegado a un familiar.

Una vez el acusado Gilberto J.M.R. lo saca del supermercado, Sené M.M. relata que los dos policías lo agarraron por el cinturón y boca abajo, y fue así como llegó medio a rastras al “cuarto oscuro”, una antigua oficina de Turismo situada a unos cien metros del centro comercial que era utilizada por la Policía Local, tal y como ha explicado el abogado de la acusación.

Una vez en este cuarto, la víctima alega que le siguieron pegando y con una porra le partieron el brazo. Después de un rato, llegaron dos policías de uniforme y que fue la Guardia Civil quien lo trasladó al centro de salud y después agentes de la Policía Local lo acompañaron hasta el hospital donde fue atendido de las heridas, como asegura.

Las defensas, que han solicitado que sus clientes declaren tras los testigos, niegan los hechos que se les imputa y piden su absolución.

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