El fiscal de la guerra sucia a Podemos interroga al policía que rastreó a Iglesias: “¿Se hizo igual con Rajoy en Gürtel?”
La escena tuvo lugar el pasado 3 de julio y ha permanecido inédita hasta ahora. En la Audiencia Nacional declara un inspector jefe de la Policía antidroga porque su clave figura en una búsqueda sobre Pablo Iglesias en marzo de 2016, en plena furia de la brigada política contra Podemos para evitar que alcance el Gobierno. El mando asegura que introdujo el nombre de Iglesias porque se estaba investigando a otro fundador de Podemos, Miguel Urbán, en un caso de narcotráfico –un burdo montaje cuyos detalles ofreció elDiario.es– y que “siempre” indaga en “el entorno más cercano” de los sospechosos. Es entonces cuando el fiscal del caso, Vicente González Mota, le pregunta si se actuó igual cuando el caso Gürtel. “¿Se investigó la ficha policial de don Mariano Rajoy?”. “Lo desconozco”, contesta el policía.
El vídeo de la declaración, que hoy reproduce elDiario.es, condensa en apenas unos segundos el espíritu de las maniobras policiales contra la oposición durante la primera legislatura de Mariano Rajoy, ya fueran independentistas catalanes o miembros de Podemos. Los mandos policiales intentan enmarcarlas en la normalidad de su trabajo de investigación y niegan cualquier consigna política, pero los hechos les desmienten. En el primer semestre de 2016, entre las elecciones del diciembre anterior y las de junio de ese año, se concentraron la mayoría de informaciones periodísticas falsas sobre Podemos que recogían informes policiales sin firma, sello ni fundamento.
Una de esas maniobras recibió el nombre de Operación Cardenal. A partir del supuesto testimonio de un confidente, uno de los miembros de la brigada política al servicio del Partido Popular, el comisario José Luis Olivera, convenció a la Fiscalía Antidroga de abrir unas diligencias de investigación por la venta de 40 kilos de cocaína por parte de Miguel Urbán en un pub de Malasaña con la confesa intención de financiar a Podemos. La cúpula policial consiguió implicar a la unidad especializada Antidroga, la Udyco. Uno de sus inspectores buscó información de Pablo Iglesias con el argumento de que el líder de Podemos era “el entorno más cercano” del “líder” de la organización de narcotráfico, el entonces eurodiputado Miguel Urbán.
La investigación de la guerra sucia a Podemos a partir de una querella presentada por el partido permitió descubrir una larga lista de consultas policiales sobre miembros de la formación, la mayoría parlamentarios. La Unidad de Asuntos Internos obtuvo que una de esas búsquedas se produjo en el marco de la Operación Cardenal, la fantasiosa historia de la venta de cocaína por Urbán. El 3 de julio pasado, el entonces inspector que realizó la búsqueda de Pablo Iglesias acudió a declarar como imputado al juzgado que dirige Santiago Pedraz.
El fiscal González Mota preguntó al policía si existe “un protocolo” que señale que si se investiga la financiación de un partido a través del narcotráfico hay que consultar las bases policiales en busca de antecedentes de su líder. “No, yo actué como actúo con el resto de actuaciones, se investiga el entorno más cercano a ver si están involucrados. Pero a mí nadie me dice 'tienes que mirar a esta persona' o a otra”, respondió el inspector jefe.
El fiscal quiere saber qué le llevó a pensar que, de acuerdo a una supuesta venta de cocaína de Miguel Urbán, sería conveniente comprobar si Pablo Iglesias tenía antecedentes. “Yo consulto los datos de don Pablo iglesias porque cuando yo veo que es Miguel Urbán el que supuestamente las diligencias de investigación señalan como el líder o el que realiza el pase de 40 kilos de cocaína, como se hace en el resto de investigaciones, se mira el entorno más cercano. Como es cofundador de Podemos, están Pablo Iglesias y otras personas. Se actúa de la misma manera con otras investigaciones y como he actuado durante nueve años”, contestó el policía.
La defensa del agente pidió el archivo de la causa contra él tras la declaración y el juez Pedraz la acordó. Pero la acusación particular, que ejerce Podemos, recurrió la decisión y la Sala de lo Penal ordenó al magistrado que volviera a imputar al inspector jefe de la Udyco. De esta forma, el policía Antidroga se sumó al secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez y otros mandos que integraron la brigada política del PP.
Una de las conversaciones que dio origen a la causa en la Audiencia Nacional fue intervenida en el caso Kitchen entre Martínez y el comisario Enrique García Castaño cuando el político pide antecedentes de los parlamentarios de Podemos por WhatsApp y el policía le responde que la búsqueda ha dado resultado negativo. “¿Aquellos de Podemos no tenían antecedentes? Me cagüen la puta”, escribió en Whatsapp Martínez. Otro de los investigados en las bases de datos a partir del montaje de la cocaína fue el senador Josetxo Arrieta, condenado por el franquismo en relación con su actividad en ETA y acogido a la amnistía de 1977.
Al descartar la existencia de un protocolo que justificara la búsqueda sobre Iglesias, el fiscal González Mota avanza por otra vía: confirmar si es una práctica habitual investigar a los líderes de los partidos cuando hay sospecha de delito en alguno de los miembros de la formación, en este caso desde una unidad contra el narcotráfico y el crimen organizado. Por eso pregunta al agente si sabía de la existencia del caso Gürtel en 2106. A continuación es cuando González Mota lanza: “¿Sabe usted si se investigó la ficha policial de Mariano Rajoy?”. “Lo desconozco”, responde el inspector jefe.
En los últimos días, el juez Pedraz ha ordenado una batería de diligencias que impulsan el caso de la guerra sucia contra Podemos. El 21 de enero declarará en la Audiencia Nacional la víctima del montaje de la cocaína, Miguel Urbán. Un día después lo harán dos mandos policiales a los que José Luis Olivera, el artífice del montaje, señaló durante su declaración como testigo. Ambos eran subordinados suyos en el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado y el Terrorismo (CITCO) en 2016.
32