La justicia militar archiva definitivamente las querellas por acoso de la sargento del Seprona de Lanzarote contra sus superiores
El Tribunal Militar Central ha archivado de forma definitiva las querellas por acoso interpuestas por la sargento del Seprona de Lanzarote Gloria Moreno a sus superiores. El auto establece que es “indudable que la sargento Moreno González ha tenido esa sensación de humillación o ataque a su persona”, porque así se deriva de su prolongada baja para el servicio por motivos psicológicos o de ansiedad. Sin embargo, esto “no resulta suficiente para la apreciación de delito”. La sentencia también señala que no se han hallado ''evidencias'' de que se haya producido un delito de abuso de autoridad, ya que no se percibió un “uso indebido de las competencias que les eran propias a los superiores jerárquicos de la denunciante y de sus compañeros”.
Así, la justicia militar ha desestimado el recurso de apelación presentado por la abogada de la sargento contra la sentencia emitida el 18 de mayo de 2021 por el Juzgado Togado Militar Territorial de Las Palmas de Gran Canaria. Este último auto también había resuelto a favor del archivo de las querellas.
En una entrevista ofrecida a un medio de comunicación local, Gloria Moreno se declaró víctima de una persecución por parte de sus superiores en la Guardia Civil. La sargento atribuyó este hostigamiento a su intervención en la operación para acabar con la caza furtiva de pardelas en Alegranza. La agente denunció a uno de sus subordinados, Miguel Ángel Padial, por haber alertado a cazadores furtivos de pardelas de que el Seprona realizaría una operación policial en este islote protegido del norte de Lanzarote.
En diciembre de 2019, la Audiencia Provincial de Las Palmas absolvió a la sargento de los delitos de falsedad documental y calumnias de los que había sido acusada por señalar a uno de sus subordinados de dar un chivatazo a un empresario para así frustrar una operación contra la caza furtiva de pardelas en Alegranza.
La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas también concluyó que la denuncia de la sargento contra su subordinado no tenía solidez por estar fundamentada en “conjeturas, cotilleos y dimes y diretes” y, además, “se sustentaba en testimonios de terceros”.
Mientras tanto, los subordinados de Moreno también denunciaban haber sufrido mobbing por parte de la sargento. Según aseguraron en ese momento fuentes de la Guardia Civil a este periódico, de los cuatro agentes que fueron destinados al destacamento que ella dirigía, uno pidió ser reubicado en otro destino y los demás estuvieron de baja psicológica por el trato “despótico” al resto de la plantilla.
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