Siete años y medio de inhabilitación para un exalcalde de Arrecife por prevaricación
El Juzgado de lo Penal número 3 de Arrecife ha condenado a siete años y seis meses de inhabilitación para empleo o cargo público al exalcalde de Arrecife, Enrique Pérez Parrilla, al exconcejal Ubaldo Becerra, y Rubén Placeres, exconsejero de Cultura del Cabildo de Lanzarote.
Enrique Pérez Parrilla y Ubaldo Becerra han sido condenados como autores de un delito de prevaricación administrativa y Rubén Placeres como inductor de la prevaricación, por la apertura del Teatro Insular sin la licencia correspondiente.
El juicio se celebró el pasado lunes y la sentencia, dictada por la jueza Aitziber Oleaga, está dictada el mismo día. La jueza aplicó la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas a la pena, al haber estado “paralizado” el procedimiento entre septiembre de 2009 y febrero de 2012. El procedimiento es una de las piezas del caso Unión y tiene su origen en el ‘pinchazo’ telefónico al teléfono de Becerra, investigado por el cobro de comisiones ilegales.
El Juzgado considera como hecho probado que el Teatro Insular, propiedad del Cabildo, carecía de licencia de apertura, que debía otorgar el Ayuntamiento de Arrecife, cuando se celebraron diversos espectáculos públicos en febrero de 2009.
Una empresa de seguros detectó en una visita al Teatro Insular “anomalías” en los sistemas de detección de incendios y de extinción, así como en la señalización de evacuación, por lo que elaboró un informe el 22 de enero de 2009 “en el que se hacía constar que las medidas de protección contra fuegos eran insuficientes y que ante un siniestro podría dar motivo a grandes daños materiales y de vidas humanas”.
El 30 de enero el Cabildo presenta ante el Ayuntamiento la solicitud para una licencia “provisional” de apertura del Teatro para los días 4 y 13 de febrero. El técnico municipal, examinada la documentación presentada emitió un informe negativo, y el Ayuntamiento requirió el 4 de febrero al Cabildo para que “subsanase las deficiencias observadas al no reunir las instalaciones las condiciones técnicas exigidas por la legislación vigente”.
A pesar de ello, el entonces consejero de Cultura, Rubén Placeres, que conocía el informe de un técnico de su departamento que rechazaba la apertura de las instalaciones y el informe negativo del técnico municipal sobre las “deficiencias” en el Teatro, “llamó de forma insistente por teléfono” a Ubaldo Becerra, “con el que mantenía cierta relación de confianza, influyendo de forma decisiva en la concesión de la licencia de apertura del teatro que le permitiese celebrar el concierto programado”.
“Y así, Ubaldo Becerra actuando de acuerdo” con Enrique Pérez Parrilla, “a pesar de conocer ambos que el informe del técnico municipal era negativo, así como de la existencia de deficiencias en el teatro” y de que el técnico de Cultura del Cabildo “desaconsejaba realizar en el teatro actividad alguna hasta que no se corrigiesen”, autorizaron “por teléfono la apertura del teatro” para celebrar un evento musical.
Además, insiste la sentencia, esa autorización se hizo “con omisión de las más elementales normas de tramitación previstas” en la ley, “puesto que la concejalía de aperturas y actividades clasificadas se encontraba delegada” en el concejal Eduardo Lasso.
Según la sentencia, el entonces alcalde y el concejal se comprometieron “a no enviar a la Policía Local para que realizase cualquier tipo control al respecto”, asumiendo con ello “el riesgo de que se pudiera provocar alguna desgracia para los asistentes al evento”.
Finalmente, el concierto de Teresa Salgueiro se celebró a las 21.00 horas del 4 de febrero de 2009 en el Teatro Insular de Lanzarote, “sin que el mismo dispusiese de licencia alguna de apertura”.
La sentencia destaca que durante la actuación de Salgueiro “saltó la alarma de incendios” y que no se habían subsanado las deficiencias en materia de seguridad, evacuación, emergencia y contra incendios. Unos días más tarde, el 13 de febrero, se celebró el concierto de la Schika de Cantorumven en las mismas condiciones.
La solicitud de la licencia de apertura del Teatro fue presentada por el Cabildo el 18 de junio de 2009, tras acordarse su cierre en junio de 2009, y fue concedida por la concejal delegada de actividades clasificadas el 11 de abril de 2011, tras realizarse en abril de 2010 el certificado final de obra “en el que se pusieron de manifiesto todas las actualizaciones que se debían llevar a cabo en el teatro para cumplir con todas las normativas vigentes, incluyendo entre ellas, las relativas a seguridad, emergencia, evacuación e incendios”.