Mapa de la inseguridad de la ciudad de Río de Janeiro

Casas en la Favela do Prazeres. Dany13

Viajar Ahora

Primero pongamos algo de manifiesto: Río de Janeiro es una ciudad maravillosa. Pocas urbes en el mundo logran una armonía tan atractiva que aúna un emplazamiento espectacular (dicen que la bahía carioca es la más bonita del mundo), una ciudad bonita, unas playas geniales y una población amable, vitalista y alegre. Unas vacaciones en Río son siempre unas vacaciones inolvidables. Pero Río no es una ciudad al 100% segura. Es más, es una ciudad en la que hay que estar muy pendiente para evitar que unas vacaciones fantásticas no se conviertan en un problema o, incluso, en algo peor. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones (como cuando hablábamos de la inseguridad en Buenos Aires), ninguna ciudad es segura al 100% y siempre hay que actuar con cautela y con sentido común a la hora de transitar por lugares que uno no conoce. Pero Río de Janeiro es una ciudad que requiere de cuidados especiales para evitar exponernos de manera innecesaria.

Las inmediaciones de las favelas (ver mapa) son una frontera palpable y visible. Hay tours que permiten ver estos barrios carenciados desde dentro (a nosotros no nos gusta que se haga de la pobreza una atracción turística ya que creemos que es un mal que debe ser erradicado con políticas públicas de redistribución de la riqueza) pero aventurarse solos es arriesgarse innecesariamente. Y también hay zonas en otros barrios en los que, de manera habitual, se producen robos, asaltos y delitos aún peores. La aplicación Onde Fui Roubado –Dónde fui robado- te puede ayudar a identificar los lugares donde se concentran los asaltos y hurtos al descuido –arrebatos-. Como hicimos con la capital de Argentina, este mapa de la inseguridad de Río de Janeiro se basa en estadísticas oficiales, noticias de multitud de medios locales y extranjeros, foros y blogs de viajeros. A diferencia de lo que sucede con Buenos Aires, no tenemos la experiencia de haber vivido en la ciudad (sí hemos ido de viaje varias veces), por lo que nos apoyaremos en esas fuentes para dibujar este mapa de la inseguridad en la ciudad.

Zona de Playas

La Playa de Arpoador es el epicentro de las ‘arrastroes’, robos realizados por grupos de varias decenas de menores que siembran el caos a la carrera para apropiarse de todo lo que encuentran a su paso. Esta modalidad de robo ha incrementado su incidencia en los últimos años concentrándose, como decíamos en la bellísima Playa de Arpoador –también se ha popularizado en algunos semáforos- y con mucha menor frecuencia en Ipanema y Copacabana. Estas dos grandes playas no están exentas de problemas y son frecuentes los arrebatos y pequeños hurtos aprovechando los descuidos de los bañistas. Por eso hay que evitar bajar a la playa con documentación, cámaras de fotos, teléfonos móviles y grandes cantidades de dinero. Y si uno se arriesga a tumbarse al sol con algo que pueda despertar el interés de los ladrones hay que estar muy atento y nunca dejar solas tus pertenencias si te vas a dar un baño. Evita las playas por la noche y si paseas por la avenida de Copacabana hazlo en la zona de los edificios. Es una pena no poder dar un paseo playero nocturno –algo que hacemos de manera habitual en Canarias, por ejemplo-, pero hacerlo es arriesgarse a ser víctima de un asalto o algo peor.

El centro histórico

En el centro de la ciudad hay mucho que ver pero como sucede en muchas ciudades de América Latina, los cascos históricos se convierten en zonas desiertas después de la jornada de trabajo y durante los fines de semana. Programa tu visita a estos lugares durante la jornada laboral, cuando es un hervidero de oficinistas y demás trabajadores. Para los fines de semana es mejor las zonas de costa y las playas. Muchos aprovechan la soledad para vigilar los pasos de los turistas que se atreven a aventurarse por esta zona cuando no hay prácticamente nadie en las calles. Es el momento ideal para ir a la caza de incautos.

Las zonas más seguras y más inseguras para los turistas

El turismo se concentra en el eje costero que se extiende por la costa y recorre los barrios de Copacabana,Ipanema, Leblon y la Barra de Tijuca, una zona que ha vivido una auténtica revolución urbanística a raíz de la celebración de los Juegos Olímpicos. Aquí se concentran la mayoría de los hoteles y las autoridades locales han reforzado sus condiciones de seguridad. Otro lugar muy frecuentado es el barrio de Santa Teresa, un lugar repleto de grandes ansiones y casas de ambiente bohemio entre las colinas verdes que marcan el encuentro de la ciudad con los bosques. Ojo con este lugar. No conviene ir más allá del eje que forman las calles Largo do Curvelo-Largo dos Guimarães, que es la zona más concurrida. Las calles solitarias de Santa Teresa se han convertido en un lugar habitual de asaltos a mano armada, por lo que hay que concentrar la visita en los lugares más transitados y no tentar a la suerte.

Según la aplicación Onde Fui Roubado , las zonas dónde más asaltos se producen en la ciudad son las siguientes (ver mapa señaladas con el icono de peligro): Praça da República; Avenida Mem de Sá (Metro Cinêlandia); la zona próxima a la feria de São Cristovão; Praça da Bandeira; el barrio de Bonsucesso; Penha; Meier; Piedade; Engenho Novo; Todos os Santos; Vicente de Carvalho; Campinho; Madureria; Merechal Hermes (área de Deodoro); Taquara; Realengo; Campo Grande; Santa Cruz y Brás de Pina. Como puedes ver en el mapa, las Avenidas Presidente Vargas y Radial del Oeste son una buena frontera para turistas. Es fácil no pasar hacia el norte ya que están las vías del ferrocarril. Nosotros recomendamos no ir más allá de las Estaciones Central y Maracaná y centrar la visita en la zona sur de la ciudad. Tampoco conviene ir más allá de Barra de Tijuca.

Las Favelas de Río y el norte de Maracaná

Las favelas son una seña de identidad más de la ciudad. Su origen se remonta al siglo XIX en la época de los ‘quilombos’, revueltas de esclavos que huían de las plantaciones y se refugiaban en las afueras de las ciudades formando estas ‘comunidades libres’ que explotaron a finales del siglo XIX con la abolición de la esclavitud formal. Dicen que en Río hay más de 1.000 favelas y que concentran a más de dos millones de personas (la población de Río y su zona metropolitana es de algo más de 16 millones). En los últimos años las favelas han entrado dentro de los circuitos turísticos y muchas empresas ofrecen rutas por estos barrios (los visitables están señalados en naranja en el mapa) e incluso en Vila Canoas, una de las favelas más tranquilas, hay alojamientos para turistas. Otra favela ‘pacificada’ es Santa Marta, que, incluso, ha publicado mapas y guías del barrio y es una de las pocas en las que te puedes plantear la posibilidad de hacer una visita por tu cuenta. Villa Rocinha es otro de estos barrios que se han abierto al turismo. Otras favelas pacificadas en las que se realizan tours sonVidigal (al sur de Rocinha)y las que se encuentran en el Morro de Cantagalo, en el que hay un museo sobre las favelas. En todos los casos se recomienda ir acompañados por guías locales o por agencias acreditadas. A nosotros el turismo de pobreza no nos gusta. Y las veces que hemos entrado en las favelas y otros barrios carenciados de Latinoamérica han sido para hacer reportajes de actualidad. Pero hay que reconocer que las favelas son una seña de identidad de la ciudad y, también que la inmensa mayoría de las personas que viven en estos asentamientos son víctimas dobles de un sistema que, primeramente, no lucha contra la pobreza y que no actúa con contundencia contra las mafias que usan el lugar.

Consejos básicos de seguridad :

1.- Cámaras y bolsos: Es un engorro estar sacando y metiendo la cámara del bolso cada vez que quieres hacer una fotografía, pero es necesario tomar esta precaución. Evita a toda costa los bolsos fotográficos (llaman mucho la atención). Es mejor llevar la cámara en una mochila normal. Eso sí, algo sencillo. La clave es no llamar la atención.

2.- Perfil bajo y apariencia local : Es una de las claves para evitar riesgos innecesarios. Nada de joyas a la vista o costosos relojes. Tampoco gafas de sol aparatosas o zapatos y bolsos de primeras marcas. Es mejor llevar un perfil bajo que evite que llamemos la atención. Un turista que aparente ser rico tiene más boletos para ser asaltado que un turista normal . Los zapatos son un buen indicativo de estatus en una ciudad como ésta. El estilo ibicenco y esas bonitas sandalias de esparto que tanto se usan en Europa cuando vamos a la playa son un indicativo claro de que eres turista. Usa las chanclas de goma que lleva todo el mundo.

3.- Precauciones a la hora de ir al cajero : Evita sacar dinero en la calle es una buena práctica. Las oficinas bancarias y las casas de cambio suelen estar vigiladas por bandas organizadas que, después, persiguen y asaltan (o secuestran en el peor de los casos) a los turistas. Cambia el dinero en el aeropuerto, en los hoteles o saca dinero en lugares céntricos, muy concurridos y nunca al atardecer o de noche. Usa la tarjeta y no lleves mucho efectivo encima. La costumbre local es llevar unos 40-50 reales en el bolsillo –para gastos y si te atracan- y el resto bien a recaudo en esos monederos fáciles de esconder bajo la ropa.

4.- No des muchas pistas sobre ti en los hoteles : Lamentablemente las bandas de secuestradores cuentan con una amplia red de información que, en muchas ocasiones, tiene ramificaciones en el transporte público (taxis y buses privados) y los hoteles. Cuanto menos sepan de ti mejor. No des pistas de tus itinerarios y no te fíes de las recomendaciones.

5.- Cuidado con los grupos numerosos de niños : Los asaltos piraña son habituales en las zonas turísticas. Muchos grupos de niños que piden dinero en las calles en realidad lo que quieren es rodear a los turistas y desvalijarlos con el método del arrebato masivo. Lamentablemente, los que están alrededor tuyo no harán nada para ayudarte.

6.- Ojo con el transporte público : Los taxis oficiales son amarillos y con una franja azul. Si te tienes que mover por la ciudad en taxi fíjate que sea un coche oficial para no tener problemas. En los buses procura no sentarte junto a las ventanas y si lo haces no uses el teléfono móvil ya que se ha puesto de moda (al igual que en Buenos Aires, por ejemplo) los arrebatos desde la calle. Los ladrones son cada vez más ágiles a la hora de saltar e introducir los brazos por la ventana (hemos sido testigos de algunos de estos robos). El metro es rápido, fiable y muy seguro durante el día.

Foto de portada bajo licencia CC: Dany13

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