Matera; un día en la ciudad de piedra del sur de Italia

El Sassi Barisano desde la Piazza Vittorio Veneto. Michele Ursino

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En la ciudad sólo quedaban un par de decenas de miles de personas. Los ‘Sassi’ casas que tienen parte de su estructura excavada en la roca, apenas se mantenían en pie y muchas de las piedras de los grandes edificios estaban esparcidas por las calles o yacían junto al cauce tranquilo del Torrente Gravina, ese modesto riachuelo que, con una paciencia de milenios fue excavando esa fabulosa trinchera que condiciona esta topografía estrecha. Hace apenas seis décadas, las autoridades italianas obligaron a buena parte de la población a abandonar sus casas y a trasladarse a la ciudad nueva. Pero la gente no se fue y los hombres y mujeres de Matera siguieron viviendo en las cuevas que habitaron sus antepasados por generaciones. Hasta 9.000 años atrás, dicen los que saben de estas cosas. Por fortuna, el dinero europeo llegó a la zona y se usó para restaurar un conjunto monumental que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco

Matera se encuentra en la región de la Basilicata, a las puertas de La Puglia (a 253 kilómetros de Nápoles). Un lugar inhóspito de ese sur italiano olvidado y pobre que fue, a la vez, zona de destierros, castigos y olvidos hasta prácticamente antes de ayer. El cine fue el primero en poner sus ojos en la ciudad. En 1964, Pasolini rodó aquí su ‘Evangelio según San Mateo’ y empezó el particular idilio de la ciudad con las santas escrituras para volver a repetir como alter ego de Jerusalén en otras cinco veces incluyendo ‘La Pasión de Cristo’ de Mel Gibson y el remake de Ben Hur de 2016. Se puede decir que Jesús, aunque en la ficción cinematográfica, se paseó más veces por Matera que por la mismísima Jerusalén.

Un día da para conocer bien la ciudad aunque, como siempre decimos, pasar al menos una noche en un lugar te da su verdadera dimensión. Además, un paseo nocturno por estos barrios antiguos excavados en la pared y adornados con piedra es una auténtica gozada. Pero todo lo que hay que ver en Matera se encuentra en un radio de apenas un par de centenares de metros aunque la trama laberíntica de su casco histórico pueda hacer pensar lo contrario. La Matera vieja se divide en tres zonas bien diferenciadas: La Civita se arremolina en torno al Duomo románico –Catedral- y concentra las grandes construcciones religiosas y los palacios; el Sasso Barisano y el Sasso Caveoso, auténticos laberintos de callejones, subidas y bajadas que se adaptan al terreno y buscan los abismos tallados por el Gravina. Antes de atravesar la Vía Lucana, que separa la nueva y la vieja Matera, conviene darse un paseo por el Castello Tramontano (Vía del Castello, sn; Tel: (+39) 0835 331 817) una imponente fortaleza levantada por los aragoneses allá por el siglo XV; apenas un adelanto de lo que nos vamos a encontrar un poco más adelante.

QUÉ VER Y HACER EN MATERA: El punto de arranque de la visita es La Civita, que ocupa la parte alta del promontorio en el que se construyó la ciudad. Aquí están los grandes edificios y monumentos. Una buena idea es iniciar la visita en la Piazza Vittorio Veneto, pasar bajo los arcos de la Iglesia della Mater Domini y echar un vistazo a lo que nos vamos a enfrentar. Un verdadero caos de piedra que sólo tiene un cierto halo de orden y concierto en las inmediaciones de la Catedral. A ambos lados de la Via del Duomo, que recorre de punta a punta la parte alta, se desparraman los Sassi, verdaderos protagonistas del lugar. Antes de emprender camino puedes bajar al Palombaro Lungo (Piazza Vittorio Veneto), un enorme complejo subterráneo de cisternas y acequias que abastecía de agua a la ciudad hasta prácticamente antes de ayer que merece la pena verse.

Antes de bajar a los Sassi conviene patear la Vía del Corso y dejarse asombrar por los palacios y los grandes edificios como la Iglesia de San Francisco (Piazza de San Francesco, 4) una preciosa construcción barroca con algunas joyas artísticas en su interior o la renacentista Santa Chiara, que alberga el Museo Nacional de Arte Medieval y Moderno (Piazza Giovanni Pascoli, 1), el Palazzo Lanfranchi, sede del Museo Arqueológico Nacional Domenico Ridola (Via Domenico Ridola, 24; Tel: (+39) 0835 310 058) o el Conservatorio de Música (Via Duomo, 2; Tel: (+39) 0835 333 202). Pero el edificio más notable de La Civita es laCatedral de Santa Maria della Bruna e di Sant'Eustachio (Piazza Duomo; Tel: (+39) 0835 332 908), una magnífica catedral románica del siglo XIII que sirve de cima de la urbe y espolón que divide los dos sassos; seguimos hacia la derecha asomándonos al cauce del Gravina.

Bajando por el Sasso Caveoso: A pocos metros de la catedral nos topamos con la Casa Noha (Recinto Cavone, 9; Tel: (+39) 0835 335 452), un proyecto de divulgación de la historia local a través de la habilitación de uno de los mejores sassi de la ciudad como centro museístico. Aún si no eres de museos este no debes dejarlo asar de lado. Apenas te va a llevar una hora verlo bien y te va a dar muchísima información sobre la idiosincrasia de una ciudad que excavó en la dúctil piedra volcánica sus casas, bodegas, aljibes, iglesias y hasta almazaras de aceite. A los hombres y mujeres de Matera les gusta recordar que no hace mucho, los sassi eran una especie de vergüenza nacional; una muestra de la pobreza secular del sur. Hoy son un orgullo y ejemplo de la recuperación de un patrimonio singular y único.

El Sasso Caveoso hay que recorrerlo con tranquilidad yendo y viniendo para ir descubriendo sus secretos. Sus casas excavadas, sus callejones imposibles, sus arcos y miradores…El punto fuerte del barrio son sus casas e iglesias rupestres. Los monjes que habitaron la ciudad en sus primeros siglos como ciudad cristiana literalmente horadaron la piedra creando una verdadera colmena de agujeros consagrados a la contemplación. Algunos son fastuosas iglesias como Santa María de Idris pero la mayoría pequeñas capillas. Dicen que hay más de 100, pero solo un puñado pueden visitarse.

Las vistas sobre el tajo profundo excavado por el Gravina son brutales. Desde San Pietro Caveoso la calle de la Madonna della Virtu hace las veces de balcón sobre el abismo rodeando el peñasco. Es la mejor forma para pasar al Sasso Barisano, una especie de vallecillo enclaustrado por las calles de La Civita que repite los esquemas de su vecino; un aparente caos de construcciones de piedra que, bajo sus fachadas, esconde un verdadero mundo subterráneo de bodegas, casas excavadas y viejos adoratorios que han sido usados una y otra vez desde hace milenios. El Complejo Rupestre de San Giorgio es un buen ejemplo de los diferentes usos que las cuevas artificiales han tenido a lo largo de la historia. El barrio culmina en el Convento de San Agustín, otro buen ejemplo de barroco italiano.

OTRAS VISITAS: El otro lado del Gravina forma el Parque de la Murgia Materana, un paisaje agreste que alterna enormes peñascos y bosques frondosos con cortados de vértigo. El paisaje atrajo durante siglos a numerosos ascetas que se instalaron en las numerosas cuevas del lugar convirtiéndolo en uno de los lugares con mayor concentración de ermitas subterráneas del mundo. Si te vas a quedar en Matera un par de días puedes atravesar el Torrente Gravina a pie a través del Puente Tibetano y hacer una excursión a pie descubriendo las diferentes cuevas. Si sólo vas a estar aquí un día te recomendamos concentrarte en la ciudad o contratar alguna excursión de media jornada. Muy cerca de Matera, aunque en sentido contrario, se encuentra otra ermita subterránea que merece la pena ver. Es el Adoratorio del Pecado Original, con interesantes pinturas murales medievales.

Fotos bajo Licencia CC: Michele Ursino ; Joe deSousa ; Gianluca Campanella ; Maurizio Balestrieri

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