La Vorágine celebra sus 10 años generando un Fondo de Resistencia de Lectura para personas o colectivos que no pueden comprar libros

La Vorágine celebra este año sus 10 años de proceso y lo quiere celebrar con una iniciativa que lleva tiempo cocinándose: dar respuesta aquellas personas y colectivos que quieren o necesitan libros nuevos pero que no pueden adquirirlos. Por eso, desde este lunes 6 de febrero estará activo el Fondo de Resistencia de Lectura, una bolsa de recursos para facilitar el acceso democrático y sin el impedimento del precio de venta al público para quien no pueda permitirse el gasto.

El funcionamiento del Fondo es sencillo. Las personas o los colectivos no pueden adquirir más de 4 títulos al año y deben aportar lo que puedan, a partir de un euro, cuando reciban el libro. El PVP del mismo será cubierto por el Fondo de Resistencia, que nace con una dotación de 500 euros aportados por la Asociación Cultural La Vorágine Crítica. La cantidad que aporten las personas o colectivos beneficiarios del Fondo se sumarán a la bolsa inicial y a los aportes que, de forma voluntaria, puede hacer cualquier persona en La Vorágine.

“Sabemos que hay mucha gente para la que, en este momento de precariedad económica, un libro nuevo se ha convertido en un lujo. Por eso nos parece imprescindible este mecanismo solidario que permite que el pensamiento crítico y la cultura circulen sin la barrera del PVP”, explica Carmen Alquegui, presidente de la Asociación La Vorágine Crítica, gestora de la librería y centro cultural de La Vorágine.

El lanzamiento del Fondo de Resistencia de Lectura es parte de las iniciativas que La Vorágine está poniendo en marcha con motivo de su décimo aniversario. En enero ya comenzó el ciclo 'No estamos solas', cuya próxima cita será el 17 de febrero con la filósofa Patricia Manrique.

“Al final de este año queremos que el mensaje de que 'no estamos solas' cale y que entendamos que sólo desde el apoyo mutuo podemos resistir a este sistema de precariedad económica e hípercomercialización de la cultura”, concluye Alquegui.