‘Fleabag’: Phoebe Waller-Bridge se viste de Louis C.K

¡Malditos treinta! Un estado vital en el que supuestamente se está preparado para todo lo que ofrece la vida adulta y en el que se pierde, de forma definitiva, la inocencia de la juventud. Nada más lejos de la realidad. Un engaño. Una vil mentira. Nunca se está suficientemente preparado para las hostias que te vas a llevar a lo largo del tortuoso camino que supone crecer. La comedia actual, en varios de sus formatos, se ha encargado de recordar esto al espectador. Series como ‘Louie’, ‘Love’, ‘Girls’, ‘Catastrophe’ o ‘You're the Worst’ son ejemplos perfectos de la evolución del género. Esta semana y siguiendo este patrón, escribo sobre una auténtica y grata sorpresa que viene de las islas británicas: ‘Fleabag’.

Phoebe Waller-Bridge es actriz, guionista y directora. Para mí, un grandísimo descubrimiento. Ella se encarga de escribir y protagonizar esta comedia inteligentísima británica. La potencia, acidez y frescura de sus diálogos sorprenderá a más de uno. La serie se basa en una pequeña obra teatral independiente de Edimburgo, con el mismo nombre. La cadena BBC3 la estrenó a finales de julio.

Fleabag (Phoebe Waller-Bridge), treintañera, rebelde y caótica tiene una forma de enfrentarse a la vida algo destructiva y visceral pero, a la vez, muy real. Sus relaciones sentimentales no van como ella quisiera. Las familiares son bastante extrañas y la laboral, mal tirando a fatal. Aun así, ella intenta no rendirse y lidiar lo mejor posible con los problemas cotidianos.

Muchas son las series y películas que se han atribuido ser la voz de la generación Y o mayormente conocida como la de los 'millennials'. Todas y cada una de ellas han explotado casi hasta la extenuación todos los referentes, tópicos, personalidades y situaciones. Sin embargo, hay algo en ‘Fleabag’ que me resulta refrescante. Quizás es la protagonista, un personaje femenino absolutamente brutal cincelado a la perfección, o bien una ficción que huye de la presuntuosidad para dar importancia capital al texto.

Si alguien me ha recordado al comediante Louis C.K., en estos últimos tiempos, ha sido Phoebe Waller-Bridge. Su pluma me logra emocionar sobremanera cuando en muchos momentos se ve esa gran habilidad para explorar las relaciones interpersonales, como el propio C.K. lo hace en ‘Louie’. Un verdadero ejercicio narrativo que da como resultado una comedia inteligente y brillante que vuelve a retomar con tono ácido y humor negro la treintena como estado vital. No solo ha sido una gran sorpresa a nivel textual sino también en el actoral, ya que literalmente lo borda dando vida a Fleabag, un personaje complejo con el que empatizas irremediablemente.

Si hay algo que hace especial a ‘Fleabag’ es esa manera tan peculiar y efectiva de romper la cuarta pared e interactuar con el espectador. Ella abre su universo más íntimo y privado para compartir con nosotros reacciones y opiniones de lo que está viviendo en ese momento; de hecho, muchas veces políticamente incorrecta pero que concuerda con ese pensamiento que guardamos bajo llave, socialmente. Sin duda, y vuelvo a repetir, hace muy especial a una comedia a la que le sienta muy bien esta opción narrativa.

La serie respira realidad por todos los poros y describe a la perfección la pérdida de la inocencia que, aún, con treinta años, sigue estando muy presente. Las comedias de nuevo cuño por un lado hacen sentirse cómodo al espectador desde la tranquilidad de la lejanía y la risa, mientras que por otro lado muestran lo duro y jodido que es enfrentarse a la vida.

‘Fleabag’ es una comedia muy recomendable y excelentísima de tan solo seis capítulos de media hora de duración. Si quieres degustar algo distinto y de calidad, es tu serie.