REPORTAJE

En el corazón de las emergencias sanitarias

“Cuanto más grave es el aviso, más en silencio se trabaja y más nos coordinamos, cada uno sabe lo que tiene que hacer”, dice el médico Francisco Javier Lucas. En una labor como esta, la organización y el tiempo son claves para afrontar los avisos. Orden, una reacción rápida y una dosis muy alta de vocación.

La enfermera Raquel Oliva cuenta que cuando acabó la carrera “me tiraba mucho el movimiento, me curtí en servicios especiales del Hospital”. Desde hace más de veinte años trabaja en emergencias sanitarias.

En este ámbito laboral también se ha forjado Jose Carretero, técnico de emergencias, que confiesa que “te tiene que gustar el trabajo de calle, el trabajo en equipo y bajo presión, más que hacerse uno, uno nace con eso”. Junto a la técnica de emergencias, Amalia García, forman hoy equipo en la UVI Móvil 1 de Albacete. Coinciden los cuatro compañeros en la importancia de sentir esta profesión. Uno puede elegir muchas cosas en la vida, pero este tipo de profesiones, como las fuerzas de seguridad o los bomberos, o se eligen por una vocación natural, o no hay manera.

Tomamos un café y charlamos. Entre los profesionales, surgen las experiencias de las últimas semanas. No siempre coinciden en el turno, así que hoy toca ponerse al día. En medio de la conversación y las tazas aún calientes, reciben un aviso. El Centro Coordinador de Urgencias del SESCAM, ubicado en el 112, les ha activado para realizar la trasferencia de un paciente que llega en helicóptero y tiene que ser trasladado al Hospital de Albacete. Amalia consulta en una aplicación móvil el recorrido que está haciendo el vehículo aéreo. Normalmente, este servicio lo realizaría un equipo de Soporte Vital Básico, pero los compañeros deben estar ocupados y no pueden hacerse cargo. El equipo de la UVI Móvil se desplaza hasta la helisuperficie y allí esperan la llegada del Gigante. Este es el nombre que reciben los cuatro helicópteros sanitarios de la flota de la Gerencia de Emergencias y Transporte Sanitario (GUETS).

Estos helicópteros son la élite tecnológica de la atención sanitaria urgente a nivel nacional. El parque de vehículos sanitarios gestionado por la GUETS incluye también 30 Unidades de Soporte Vital Avanzado terrestre (26 UMES y cuatro SVAEs), 82 ambulancias de Soporte Vital Básico y 56 de urgencias, además de toda la flota de ambulancias de transporte programado.

Una dotación en la que trabajan más de 420 profesionales sanitarios y más de 1.700 técnicos de transporte sanitario. Cifras de mucho tonelaje. A saber: el año pasado, los helicópteros sanitarios intervinieron en 2.725 ocasiones; se realizaron 132.848 activaciones del SVB y se gestionaron hasta 5.557 traslados interhospitalarios. Unos datos globales para toda la región en 2024.

Dispersión geográfica

La GUETS es la única gerencia asistencial de carácter regional y, además de lo ya citado, gestiona el Centro Coordinador de Urgencias (CCU), el Centro Coordinador de Transporte Sanitario Programado (CCTSP) y, de reciente creación, el Servicio 'Salud Responde'.

Esta completa estructura organizativa tiene su sentido en una comunidad autónoma con tanta dispersión geográfica como es Castilla-La Mancha. Desde la Sierra de Pela, en Guadalajara, a la Sierra de Alcaraz, en Albacete, por poner los ejemplos más extremos, nos separan 500 kilómetros. Podríamos tardar más de seis horas en recorrer de un punto a otro de esta lejana ruta. Datos que dan idea de lo extensa que es nuestra región. 79.463 kilómetros cuadrados, 919 municipios y 2.132.102 habitantes. Este dato de población representa casi medio millón de personas más que en la comunidad autónoma del año 2000. A inicios del nuevo siglo, empezaron a funcionar las emergencias sanitarias en Castilla-La Mancha. Antes de mirar al pasado, volvemos al ahora.

El equipo de la UVI Móvil 1 de Albacete ha concluido su servicio con el paciente que llegó de Ciudad Real. Escuchamos a Javier Lucas: “Algo que me gusta entre médicos del ámbito de emergencias es que la información es la justa, la precisa y la concisa. Edad, alergias, antecedentes personales y la focalidad”.

En este caso, y en cuestión de escasos minutos, los profesionales han traslado al paciente al Hospital de Albacete. El diagnóstico del paciente es claro: ictus. Raquel Oliva recuerda cómo se trabajaba antes de que existiera el protocolo Código Ictus. “Sabemos la línea que hay que seguir, ahora cuando llegamos al hospital, los compañeros especialistas nos están esperando”, explica la enfermera.

Fue en 2009 cuando se puso en marcha en Castilla-La Manca este modo de trabajo con el que se han conseguido reducir los tiempos de atención. Algo fundamental para asistir esta patología. Desde entonces, este protocolo se ha mejorado hasta el punto de que es una verdadera referencia.

Recientemente, Albacete ha recibido el reconocimiento como Región Angels, una de las tres provincias de España junto a Almería y Lleida, por su compromiso y excelencia en la atención del ictus. Entre tanto, el Gobierno de Castilla-La Mancha sigue avanzando en el desarrollo e implantación del Protocolo Regional de Teleictus, un proyecto que aprovechará las ventajas de la telemedicina y la coordinación regional para ofrecer “una atención rápida, equitativa y eficiente a los pacientes que sufran un ictus”, comentaban desde Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. El ictus es un verdadero reto sanitario. Anualmente, alrededor de 4.637 personas lo sufren en la región. Seguir mejorando la coordinación entre los niveles extra e intrahospitalaria es esencial para lograr reducir la mortalidad.

Y de eso se trata. Salvar vidas. Por eso los profesionales trabajan en un servicio tan exigente como este. Al menos, lo dan todo para conseguir que las personas sobrevivan a un accidente de tráfico, a un incidente laboral o a una seria descompensación de salud allá donde suceda. El vehículo con el que los sanitarios realizan su servicio es como un box de urgencias del Hospital. Dispone de todo el equipamiento necesario para enfrentarse a casi todas las situaciones posibles. Así, la primera obligación de los profesionales cuando cogen el turno cada mañana es revisar tanto la ambulancia como todo lo que contiene en su interior.

Explica Javier Lucas: “Dentro de la UVI Móvil está todo muy dividido para que el trabajo funcione como un engranaje, para que cada uno esté en su puesto de trabajo y desde ahí pueda alcanzar todo lo que necesite. El profesional médico suele estar a la cabeza del paciente y aquí tenemos todo el material, sobre todo de vía aérea y todo el aparataje para la intubación”. Lo mismo ocurre para los profesionales de Enfermería, todo a mano, todo organizado, porque, a veces, los viajes pueden durar hora y media. Junto a ellos, uno de los técnicos, asistiendo tanto a medicina como a enfermería, “como un pulpo”, dando apoyo en todo lo necesario.

Mientras tanto, delante, en la cabina de la UVI Móvil, la técnica de emergencias, responsable de la conducción del vehículo, está centrada en hacerlo rápido y de manera segura. Sobre la conducción diaria en calles y carreteras, comenta Amalia García: “Es complicado, con conductores o peatones que no respetan”. Lleva más de 20 años conduciendo ambulancias.

Empezó con las colectivas, recorriendo hospitales en diversas comunidades autónomas. Después pasó al Soporte Vital Básico y desde hace un par de años forma parte de la UVI Móvil. Con cierto humor, se queja de los badenes que hay en Albacete y recuerda que “los semáforos en rojo siempre hay que respetarlos”. Lo cierto es que pese a su experiencia al volante, reconoce que “algunas imágenes no se olvidan”. En su recuerdo profesional pesan más los servicios que acabaron bien.

Por suerte, ocupa más espacio la motivación y el buen ánimo, el bagaje y el trabajo en equipo. Con Amalia suele coincidir Jose Carretero, un joven técnico que ahora, además, está estudiando Medicina en la Facultad de Albacete. Él también lleva en la sangre las emergencias sanitarias. Desde pequeño vio de cerca en su padre la pasión por un oficio que ha evolucionado muchos en los últimos 25 años. Antes había que ir con el mapa y el callejero en la mano, ahora el GPS o las aplicaciones móviles son una ayuda vital. A pesar de ello, es importante conocer la ciudad y la provincia para llegar pronto. Muy pronto. Algo más tardó en ponerse en marcha en Castilla-La Mancha un servicio puntero de emergencias sanitarias.

Región olvidada

En 1999, cuando ya estaba cerca de ser una realidad en nuestra región, arrancaba en las pequeñas pantallas la novena y última temporada de Médico de familia, serie protagonizada por Emilio Aragón, en la que su personaje dejaba su puesto en el centro de salud para trabajar en las urgencias de una UVI Móvil. Por entonces, la región castellano-manchega aún no disponía de las competencias sanitarias.

En esos últimos años del siglo XX, la Consejería de Sanidad y el Insalud tuvieron ciertas fricciones administrativas que saltaron a la prensa. Desde el gobierno autonómico afirmaban que el retraso se debía a que “Castilla-La Mancha ha sido una región olvidada en muchas cuestiones y, desde el punto de vista sanitario, si cabe, con mayor intensidad”.

Ciertamente, la competencia correspondía al Insalud, un organismo estatal que tachaba de modestos los compromisos del ejecutivo regional con el 061. Desde 1995, la Junta tenía diseñado el plan, pero se fue retrasando su implantación. Tras el tira y afloja, finalmente, el 12 de julio de 1999, gobierno nacional y autonómico firmaron en Toledo el convenio para iniciar el servicio regional de emergencia sanitaria a través del teléfono 061 con el objetivo de “atender cualquier emergencia médica que se produzca”, se decía en uno de los términos del acuerdo.

El gobierno autonómico invirtió 125 millones de pesetas en esta primera fase, buena parte de los dineros se dedicaron a la Plataforma Tecnológica del Centro Coordinación de Urgencias. Primero en Toledo y seguidamente en el resto de provincias, empezaron a funcionar las primeras cinco UVI móviles de un nuevo servicio sanitario.

En 2001, ya eran nueve las unidades activas y el presupuesto había ascendido a los 1.000 millones de pesetas. Aquel mismo año, en medio del proceso de las transferencias, el Centro Coordinador de Urgencias se suma al teléfono único de atención a urgencias: el 112. Finalmente, el 1 de enero de 2002 se pone en marcha la Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario adscrito al recién creado SESCAM.

En el primer semestre de 2025, el Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112 de Castilla-La Mancha ha gestionado un total de 283.413 llamadas. Ciertamente, el volumen total de llamadas recibidas fue de 606.822. Entre esta enormidad de llamadas, el organismo dependiente de la Consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, criba los errores, bromas o fallos del sistema. Es decir, la mitad de las llamadas no suponen una derivación para la intervención de los bomberos, las fuerzas de seguridad o los sanitarios, suponiendo esta actividad sanitaria más del 80% de la actividad del 112. De tal forma que cuando sí que hay que activar a los especialistas, en la mayoría de las ocasiones intervienen los profesionales de la salud. De hecho, hasta junio de este año, actuaron en 145.213 situaciones.

Datos de mucho peso, insistimos. “El concepto de antes era echarlo al vehículo, pañuelo blanco en la ventanilla y corriendo al hospital”, comenta el equipo sanitario de la UVI Móvil 1 de Albacete. Todavía muchos ciudadanos no terminan de entender que “la ambulancia” no salga pitando de primeras. En la mentalidad colectiva aún persiste esta concepción de la asistencia sanitaria, pero los profesionales insisten en que “si no se hace ahora todo lo posible, se puede poner en peligro la vida de la persona”.

En otras ocasiones, los sanitarios se enfrentan a las amenazas y a la agresividad de quienes no comprenden el modo de hacer y necesitan de la presencia de la guardia civil o la policía. “Lo importante es que se controle la situación y no se comprometa la asistencia”, explican.

Por eso, en las distintas sesiones formativas que llevan a cabo entre las nuevas generaciones de profesionales, inciden en que “no vamos a coger al paciente y nos vamos a ir corriendo, tenemos que estar actuando ahí, para eso servimos, para actuar en los primeros minutos”. Es importante que esto lo sepan los nuevos profesionales. Aún más imprescindible es que la ciudadanía interiorice que cuando llaman al 112 no hablan directamente con los profesionales que les van a atender, sino con un centro coordinador que da los primeros consejos mientras se activan los recursos, si es necesario.

Si alguno de nuestros lectores tiene que llamar para recibir asistencia es básico que la información sea clara y escueta. “Hay gente que nos recibe con un aplauso irónico porque estamos a cinco minutos y hemos tardado un cuarto de hora”, afirman los sanitarios albaceteños. Pero sin esa coordinación, el servicio sería imposible. En esto, coinciden todos. Así lo corroboran las propias cifras que hemos visto más arriba.

Salud Responde

La queja y la amnesia son rasgos vivos de nuestra sociedad. No necesitamos preguntar a ningún antropólogo para intuirlo. A veces, se nos olvida cómo han cambiado las cosas. O, quizá, todavía no tenemos la conciencia de asumir que formamos parte de esa transformación. Nuestra salud también es nuestra responsabilidad. Aparte de un estilo de vida sano, es importante informarse en plataformas adecuadas.

'Salud Responde' es una de las últimas herramientas impulsadas por la Consejería de Sanidad. Se trata del número de teléfono 900 23 23 23, un canal de atención gratuita, accesible y operativo 24 horas los siete días de la semana. En el primer semestre, ya ha recibido más de 6.500 consultas. Tampoco necesitamos cuestionar a ningún estadístico para comprender que la salud importa y no poco.

Un par de datos más que nos dan la medida de los hechos. Diariamente, el Centro Coordinador de Urgencias de la GUETS recibe más de 1.200 llamadas. Y dos. Según las encuestas de satisfacción realizadas a la población, nueve de cada diez usuarios de los dispositivos de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario, están muy satisfechos con la asistencia recibida; y ocho de cada diez usuarios destacan la cualificación y conocimiento de su trabajo de los profesionales. De hecho, la GUETS cuenta con la certificación de calidad ISO 9001. Como ha comentado en alguna ocasión el gerente del organismo, Alberto López Ballesteros, una certificación que “afianza los modelos de gestión de excelencia, caracterizados por la máxima calidad y seguridad en la prestación de servicios para las personas y los profesionales”.

Aún con todo, siempre existen áreas de optimización y reivindicaciones periódicas para extender el servicio a ciertas zonas de la comunidad autónoma. Preguntamos a López Ballesteros y responde: “La región actualmente está bien dotada a nivel de recursos de emergencias sanitarias extrahospitalarias”. Y apostilla que “siempre hay margen de mejora y seguiremos trabajando para mejorar los tiempos de asistencia y nuestras capacidades”.

En mayo de 2004, un editorial de un periódico local de Albacete decía: “Es indudable que, en una región como Castilla-La Mancha, el uso de helicópteros para traslados a centros sanitarios no es ningún lujo ni ningún brindis al sol, sino una necesidad palmaria; de otra forma no se entendería que el servicio de helitransporte sanitario del SESCAM haya realizado más de 1.200 actuaciones en su todavía breve existencia”. Casi veinte años después, Castilla-La Mancha supera con creces el centenar de transfusiones sanguíneas en helicóptero sanitario. Un auténtico hito en España.

Más de un cuarto de siglo después de ponerse en marcha la GUETS, se siguen produciendo infartos, gestos autolíticos o accidentes de tráfico. Los sucesos nunca cesan. Pero ahí están los profesionales, cada día mejor formados y los medios materiales, cada vez más capaces.

En la actualidad, el gobierno de Castilla-La Mancha trabaja para que los cuatro helicópteros sanitarios puedan transfundir sangre a pacientes traumáticos graves. Hacia allí vuelan las inquietudes de crecimiento de la asistencia sanitaria. Nuestra región ya fue pionera en que sus 'gigantes' volaran incluso por la noche. Hoy pueden aterrizar hasta en 237 helipuertos y helisuperficies repartidas por toda la comunidad.

Entre tanto, abajo, pegados al terreno, el equipo de la UVI Móvil de Albacete recibe otro aviso. Así acaba esta entrevista. Los profesionales se desplazan hasta el lugar, pero por suerte no han tenido que intervenir. Por fortuna para la sociedad castellanomanchega, si los necesitamos, aquí están. Las emergencias sanitarias, en el corazón de la asistencia a la comunidad autónoma.