La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera

Aragonès da un golpe de autoridad en la crisis con Junts y cesa al vicepresidente Puigneró

Golpe de autoridad sin cerrar la crisis. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha cesado al vicepresidente y conseller de Territorio, Jordi Puigneró (Junts), ante la “pérdida de confianza” que le ha provocado que su antiguo número dos no le informara de la petición de los posconvergentes para someterse a una cuestión de confianza. El conflicto entre los socios está lejos de terminar: Junts ha cargado contra el “error histórico” que, a su juicio, ha cometido Aragonès y que, según los posconvergentes, “vulnera” el acuerdo de Govern.

“Es una decisión que me duele pero necesaria porque las instituciones no pueden estar permanentemente en cuestión”, ha defendido Aragonès. El president ha comparecido desde la galería gótica del Palau de la Generalitat tras reunirse primero con todos los consellers de forma extraordinaria y después a solas con el secretario general de Junts, Jordi Turull. Pasadas la 22:00h. la presidenta de Junts, Laura Borràs, ha entrado en el Palau sin participar en el encuentro entre ambos líderes.

En su comparecencia, Aragonès ha justificado su golpe de autoridad –el president es el único que puede cesar a los consellers– porque Catalunya “necesita un Govern estable” y porque era “imprescindible” que su vicepresident le informara de las intenciones de su grupo parlamentario. Con todo, el president ha asegurado que mantiene su confianza en el resto de consellers de Junts.

Hasta este miércoles Aragonès había instado a que fuera Junts quien decidiera sobre su salida del Govern, algo que los posconvergentes no habían aclarado. El president intenta con el cese de su vicepresidente mantener un equilibrio que parece imposible: limitar el alcance de la crisis a un error personal de Puigneró y seguir confiando en el resto de consellers de Junts.

“Deseo que Junts continúe formando parte del Govern”, ha proclamado Aragonès, que ha insistido en su objetivo de “seguir adelante” toda la legislatura. El president ha invitado a Junts a proponer un nuevo vicepresidente que permita “rehacer confianzas”.

La reacción de los posconvergentes se ha conocido al filo de la medianoche. En un comunicado, Junts ha destacado que Puigneró siempre ha sido “leal” y ha considerado que con su cese Aragonès comete “un error histórico que pone en peligro la continuidad del proyecto independentista”. Así se lo ha trasladado Turull al president durante su reunión, ha añadido el partido. En las redes, Carles Puigdemont ha sido el primero en salir en en defensa de Puigneró y varios cargos del partido lo han secundado.

Para Junts, la decisión de Aragonès “vulnera” el acuerdo de gobierno entra ambos partidos y “defrauda el mandato electoral” de los últimos comicios. Junts ha agregado que reunirá este jueves a su Ejecutiva para abordar el nuevo escenario “y tomar las decisiones que tocan pensando en el progreso de los catalanes y en el objetivo de la independencia”.

Puigneró ha abandonado el Palau de la Generalitat al filo de las 23:00h. secundado por Borràs y Turull. Ha sido el cierre de una jornada maratoniana. Durante la reunión de urgencia del Govern, Aragonès ha preguntado a cada uno de los consellers de Junts si conocían y comparten la cuestión de confianza planteada por su partido este martes en el debate de política general.

Según ha informado Junts, sus consellers han secundado la petición de cuestión de confianza y han apostado por “el cumplimiento” del acuerdo de legislatura “para garantizar la estabilidad y lealtad” del Ejecutivo. En cambio fuentes de la Presidencia han señalado que los consellers de Junts han respondido “con poca claridad” sobre su aval a la cuestión de confianza.

La lucha soterrada durante años de ERC y Junts por la hegemonía soberanista se ha convertido en un cruce público de reproches a pocas semanas del quinto aniversario del 1 de octubre de 2017, una fecha muy simbólica para el soberanismo. El Govern de Aragonès ya nació al límite del plazo legal ante las dudas de Junts. En poco más de un año de Ejecutivo los socios no han resuelto sus diferencias sobre el rumbo del procés sino que las han agudizado.

Las crisis entre socios se han sucedido en el Govern de Aragonès, si bien la actual es la de mayor intensidad. Primero fue la presencia de miembros de Junts que no eran consellers en la mesa de diálogo. Luego vino el enfado de Junts por el apoyo de los comuns a las cuentas de 2022. Tras una tregua invernal, la suspensión de la presidenta de Junts, Laura Borràs, por su juicio por corrupción volvió a calentar el ambiente entre socios.

El broche final a la crisis lo puso Junts a inicios de septiembre al amagar con una salida de Govern si ERC no cumplía con tres aspectos del pacto de legislatura: limitar la mesa de diálogo a autodeterminación y amnistía, crear un órgano de coordinación soberanista y unidad de acción en Madrid. Las exigencias las reiteró este martes Junts en el debate de política general.

Los posconvergentes además añadieron un órdago y advirtieron a Aragonès con reclamarle una cuestión de confianza –reglamentariamente solo puede formalizarla el president– si no se cumplían las tres condiciones. La petición provocó el enfado de Aragonès al entender que Junts no solo ponía en duda el trabajo del Govern, sino que evidenció su nula confianza en la palabra del president, que se había comprometido a negociar las demandas de Junts. Por ahora la crisis se ha saldado con el cese de Puigneró.